Paco Varea, Valencia

El 90% de las empresas del sector pirotécnico -la mayoría de carácter familiar- podría cerrar sus puertas como consecuencia de la aplicación de las rigurosas medidas de control y seguridad adoptadas a raíz de los atentados del 11-M, según afirmó ayer el presidente actual de Asociación de Pirotécnicos Valencianos (Piroval, Ricardo Caballer.

El dirigente de los profesionales valencianos incidió en que «muchos compañeros no pueden afrontar los gastos tan elevados de seguridad que suponen mantener vigilancia personal las 24 horas del día. A nosotros se nos sigue catalogando con la ley de explosivos pese a que hace muchos años que demandamos un reglamento específico sobre pirotecnia. La Aadministración hace oídos sordos a nuestras peticiones». Caballer y otros empresarios del sector, como la presidenta de Afape, Izaskun Astandoa, tienen previsto reunirse con responsables del Ministerio del Interior y de la Guardia Civil para intentar alcanzar un acuerdo que suevice las medidas. «En caso alguno nos negamos a cumplir las normas. Somos los primeros que las cumplimos y obligamos a cumplirlas a quienes nos contratan, pero no nos pueden seguir tratando de esa forma cuando conocen de sobra que muchas empresas son de tipo familiar», explicó el profesional valenciano. Los profesionales esperan que la situación se reconduzca.

Por otra parte, el presidente de Piroval y de la Asociación de Fabricantes de Pirotecnia de España (Afape), Ricardo Caballer e Izaskun Astandoa, calificaron ayer de «muy importantes las pérdidas ocasionadas al sector por la aplicación del decreto sobre medidas en materia de incendios forestales. Un 20% de material ha quedado almacenado, a lo que se añaden todos los espectáculos que se han suspendido y las pérdidas de ventas para celebraciones como bodas o bautizos». Los pirotécnicos solicitarán una reunión con el Ministerio de Medio Ambiente. Sobre el revuelo organizado en torno al Ayuntamiento de Serra por autorizar el disparo que se ha hecho toda la vida con las medidas oportunas destacó que «este año se ha politizado y se ha convertido en un gran problema».