A. E., Valencia

El secretario general de los socialistas valencianos, Joan Ignasi Pla, reunió ayer a un centenar de dirigentes y cargos públicos del partido, en el bucólico escenario de los jardines de Monforte de Valencia, para hacer pública una declaración con motivo del Nou d$27Octubre. El manifiesto, que concluye con un decálogo a modo de principios de buen gobierno, tenía varios destinatarios. Por un lado, se lanzaba de nuevo un guiño a los sectores nacionalistas de la izquierda que han criticado al PSPV por su pacto estatutario con el PP. En este sentido, reiteró que su formación está dispuesta a «hacer los cambios necesarios» en el texto para lograr un «mayor consenso».

Por otro, Pla aludió de forma crítica a la gestión del PP -aunque sin citar al jefe del Consell- y rechazó un acuerdo urbanístico. Pla, quien dijo que no era momento de «conmemoraciones retóricas» y que cabe «preparar el cambio» político «sin perder más tiempo», mantuvo que el Ejecutivo potencia «la crispación» entre los ciudadanos, en alusión a la polémica por el trasvase del Júcar al Vinalopó. Y añadió que el modelo de gobierno del PP «favorece como principal valor la cultura del negocio rápido, el victimismo irresponsable, el anticatalanismo y la insensibilidad hacia las desigualdades entre los valencianos». Todo ello, según Pla, «pone en peligro la convivencia y el futuro de la mayoría de ciudadanos».

Con respecto al estatuto, reconoció que la reforma no responde en su totalidad a la propuesta que su partido habría deseado, aunque, la calificó como «importante, ambiciosa y profunda». Subrayó que «no es el momento del miedo ni de aislarse de nuestros vecinos» y que «no están justificadas las desconfianzas». Por ultimo, lamentó los «comportamientos histéricos y alarmantes de los sectores más conservadores y centralistas de la sociedad valenciana».

El PP no tardó ayer en advertir al PSPV que cualquier cambio en el estatuto debe ser pactado y pidió a Pla que cumpla su palabra.