Julia Ruiz, Valencia

La supresión del impuesto de donaciones de padres a hijos anunciado por el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, en el debate de política general no será universal. El Consell ha optado por establecer un límite económico a partir del cual el receptor de la donación no podrá beneficiarse de la exención del impuesto. En realidad, habrá dos topes; uno, que actúa sobre el valor de la donación, y otro, que que se fija sobre el patrimonio del perceptor. Fuentes oficiales de la Conselleria de Economía confirmaron a este diario que las medidas contenidas en el el proyecto de ley de acompañamiento de los presupuestos de la Generalitat de 2006 para la supresión progresiva del impuesto de donaciones incluyen un límite económico. Las citadas fuentes, no obstante, no quisieron precisar a este diario cuál será la cifra a partir de la que los valencianos no podrán quedar exentos de pagar por recibir la donación de un bien. El texto normativo fue aprobado por el pleno del Consell el pasado viernes y remitido al Comité Económico y Social (CES) y al Consell Jurídic Consultiu (CJC). Tras este trámite volverá a ser sometido a la deliberación del Ejecutivo y remitido a las Cortes Valencianas junto a la ley de presupuestos.

La decisión del Ejecutivo de establecer un tope económico para beneficiarse de esta medida fiscal supone un cambio de posición respecto del que los populares defendieron en el debate de política general. Aunque el presidente Camps se limitó en el Parlamento a anunciar la eliminación progresiva con el horizonte de 2007 del impuesto de donaciones, posteriormente desde la Generalitat se aclaró que se seguiría los mismos pasos que con el de sucesiones, que se había empezado a suprimir en 2004 sin hacer excepciones para las grandes fortunas. De hecho, en el debate el PP rechazó la petición del PSPV de que se estableciera un tope sobre el valor de las propiedades para excluir a las grandes fortunas de la exención. La socialista Cristina Moreno puso un ejemplo cargado de veneno: «El PSPV no está dispuesto a que el dinero que el suegro del señor Zaplana dicen que le dio para comprase un piso en Madrid no cotice», soltó. Desde el PP, Ricardo Costa afirmó que la medida beneficia sobre todo a las familias y rechazó la propuesta socialista, ya que las grandes fortunas, dijo, solo afectan al 1% del impuesto. En el debate similar que se generó en 2004 respecto a la supresión del impuesto que grava las herencias, el PP mantuvo que fijar topes es «excluyente» y que genera «discriminaciones». Algunos dirigentes del PP consultados por este diario admitieron que la decisión de excluir las grandes fortunas de la exención del impuesto de donaciones supone una rectificación en toda regla y, lo que es peor, dar la razón a la oposición en su discurso de que sin tope se beneficia a los más favorecidos.