Levante-EMV, Valencia

La ballena beluga nacida en l$27Oceanogràfic de Valencia hace 25 días -la primera nacida en cautividad en Europa- murió ayer, después de que la inexperiencia de la madre y las dificultades motoras de la cría hayan impedido su desarrollo normal.

Fuentes del parque informaron ayer tarde de que, pese a los esfuerzos de los veterinarios y los cuidadores y a la vigilancia constante tanto de la madre como de la cría, la beluga, un macho nacido el día 2, murió a las 12.15 horas. Las mismas fuentes precisaron que las razones exactas del fallecimiento se desconocen, aunque un equipo de veterinarios está estudiando el caso junto con expertos de otros países.

No obstante, en las últimas horas se había detectado «un brusco desequilibrio de diferentes parámetros sanguíneos», fruto probablemente de la «muy difícil adaptación» de la beluga a la alimentación artificial, a la que se tuvo que recurrir dada la inexperiencia de la madre, Yulka, y a las dificultades motoras que presentaba la cría, que nunca llegó a alimentarse directamente de su madre. La ausencia de lactación directa «ha impedido un desarrollo adecuado y ha favorecido la aparición de enfermedades infecciosas y metabólicas», según las mismas fuentes.

Desde el momento de la gestación se sabía que las probabilidades de supervivencia eran muy bajas, ya que en un medio natural y entre crías de hembras primerizas, como Yulka, la mortandad de los recién nacidos llega a un 58%. Para intentar sacar adelante a la cría, los técnicos de l$27Oceanogràfic contaron con el asesoramiento de diferentes centros de Canadá y Estados Unidos, que se han enfrentado a problemas similares y que habían advertido sobre las enormes dificultades existentes.

A partir de ahora, y con el fin de compensar la pérdida del pequeño, los cuidadores han comenzado a desarrollar mayor actividad con Yulka, a la que se unirá de nuevo con Kairo, el macho que la acompaña en la instalación. El edificio Ártico, que ha permanecido cerrado desde el nacimiento, se abrirá de forma inmediata al público.

A pesar de la muerte de la beluga, fuentes del parque destacaron que su gestación y nacimiento ha sido «un enorme hito para la conservación de las belugas, y ha permitido obtener infinidad de datos para la comprensión de la biología de estos animales y el éxito reproductivo de esta especie en éste y otros centros».

La cría pesó al nacer unos 90 kilos y midió 1,20 metros. Fue alumbrada después de 16 meses de gestación en un embarazo de forma natural que fue el primer caso en Europa, ya que desde 1998 tan solo hay constatada una veintena de nacimientos de belugas en centros de EE UU, Canadá y Japón. La madre, de 8 años y recién alcanzada la pubertad, es la beluga más joven que ha quedado embarazada en la historia.