José M. Rambla,

Valencia

Al grito de Arriba España y saludos fascistas, los congregaron se dedicaron a increpar a los asistentes al acto bajo la atenta mirada de los agentes antidisturbios que les mantuvieron acordonados a distancia de la entrada principal.

Los momentos más tensos se produjeron cuando algunos extremistas comenzaron a lanzar huevos y pintura azul contra los simpatizantes independentista, unas acciones que provocaron la detención de uno de los agresores. Los asistentes portaban senyeres, banderas españolas inconstitucionales y pancartas de España 2000 y Democracia Nacional. Igualmente, también asistieron miembros de Coalición Valenciana.

Josep Luis Carod-Rovira se refirió a estos incidentes en su intervención, al preguntarse, «¿Quién manda en Valencia si para manifestar pacíficamente unas ideas tenemos que sortear a dos docenas de fachas en la puerta? ¿Cómo puedo ocurrir esto en un estado de derecho?». Así mismo, reprochó el extremismo españolista de alguno de esos colectivos que se autodefinen como valencianistas ya que, a su juicio, «los únicos "blaveros" serían aquellos que defiendan un País Valenciano libre y soberano, no como un simple provincia de España». Todos los oradores, ligaron las agresiones e insultos de los ultras con el clima de tensión políticas promovido por los responsables del PP. En este sentido, el secretario general de ERC, Joan Puigcercós, se mostró tajante al señalar que «la caverna, que viene de Almansa, está gritando», mientras que el diputado y candidato de Esquerra a la presidencia de la Generalitat Valenciana, Agustín Cerdá acusó al PP «de crear conflicto y tensión con la lengua, el territorio, el agua».

Al margen de los incidentes, los dirigentes de Esquerra destacaron la consolidación de su proyecto en la Comunitat Valenciana. En este sentido, destacaron las políticas del PP en el gobierno del Consell que, según Puigcercós, con actuaciones como la urbanística o la memoria histórica, «nos han tratado de quitar el territorio y la memoria».

Sangría económica

Por su parte, Agustín Cerdá centró su discurso en la necesidad de vertebrar una alternativa desde el punto de vista económico y político. En este sentido, insistió en las aportaciones de la Comunitat Valenciana a las arcas del Estado y destacó que «1.400 millones de euros anuales, más del 6% del Producto Interior Bruto, es una sangría». Cerdá destacó la necesidad de adoptar medidas urgentes ante la crisis de los sectores económicos tradicionales valencianos y defendió el intensificar las relaciones con Cataluña y Baleares «donde nos compran el 70% de las exportaciones, sólo por conveniencia nos interesa el entendimiento».

Por otro lado, también el vicepresidente del PP valenciano, Ricardo Costa aseguró que Carod-Rovira «ha venido este fin de semana a Valencia a cerrar el tripartito con el que constantemente coquetea el secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla».