Vicente Aupí, Valencia Las sequías de nuestro clima actual ya no son pertinaces. Al menos no en comparación con las que había a finales del siglo XIX y durante la primera mitad del siglo XX. En aquellos tiempos las sequías eran de tal dureza que llegaban a prolongarse hasta cuatro y cinco años, algo que no ha vuelto a suceder desde 1955. En todo este último medio siglo, el periodo de sequía más duradero fue el de tres años que se prolongó desde el verano de 1993 a 1996, pero no hay ningún ciclo seco que haya durado cuatro o cinco años.

Ésta es una de las revelaciones del estudio científico sobre las sequías realizado por el climatólogo José Ángel Núñez Mora, que forma parte de su libro Climatología de la ciudad de Valencia , que acaba de publicar el Instituto Nacional de Meteorología (INM).

Aunque el análisis parte de los datos climatológicos históricos observados en Valencia, el autor ha constatado que muchas de esas sequías eran extensivas al resto de la España Mediterránea y otras zonas peninsulares. Es el caso del periodo seco que se produjo entre 1875 y 1879, probablemente uno de los peores de la historia de España, y en el que Valencia y muchos otros lugares del Mediterráneo registraron su mínimo pluviométrico.

Según explica José Ángel Núñez a Levante-EMV , «el mínimo absoluto de precipitación observado en Valencia también se detecta en otros observatorios que funcionaban en el siglo XIX, como los de Alicante, Murcia, Madrid y San Fernando» . En Alicante y Murcia hay otro mínimo de precipitación más intenso todavía en el periodo 1935-39, que es el más importante en el extremo sureste peninsular.

Por mucho que ahora nos lamentemos de la falta de agua, los datos pluviométricos son incontestables y demuestran que la última sequía que llegó a durar cuatro años seguidos se produjo en el periodo 1952-1955. En la tabla adjunta aparece el carácter climatológico de cada año en Valencia según el balance de precipitación, dividido en cinco categorías: muy seco, seco, normal, húmedo y muy húmedo. Como puede comprobarse, las sequías más importantes desde 1864 hasta la actualidad fueron las de los periodos 1875-1879, con cinco años secos o muy secos; la de 1925 a 1929, de cuatro años, y la de 1952 a 1955, también de cuatro años.

Desde que aconteció esta última no ha vuelto a producirse ninguna sequía comparable. Aunque el estudio no entra en esta cuestión, no es nada difícil deducir cuál sería el impacto que produciría en nuestra sociedad actual, con el elevado consumo de agua del que adolece, sequías que se se prolonguen cuatro o cinco años como las de finales del siglo XIX y la primera mitad del XX. «La seca dels cuatre anys» José Ángel Núñez recuerda, a propósito de todos estos datos, el análisis que hizo en su día Inocencio Font Tullot, uno de los padres de la climatología española: «En Levante los años 1868 y 1869 fueron muy secos, siendo los heraldos de un periodo de siete años de sequedad, 1872-1879, que fue especialmente severa en su segunda mitad, que causó estragos en el campo, sobre todo en la provincia de Valencia, donde ha pasado a la historia como La seca dels cuatre anys , y que si no por su extensión, al menos sí por su duración fue la más importante del siglo XIX en el conjunto del territorio peninsular, con la particularidad de que en 1878 la sequedad también fue extremada en Castilla, Extremadura y Andalucía».