J. M. R., Sagunt

El pastoreo en el Marjal dels Moros, una actividad tradicional cuya presencia en este humedal del Camp de Morvedre se pierde en la historia, siente su futuro lleno de incertidumbre tras la decisión de la Conselleria de Medio Ambiente de otorgar a principios de año una concesión de pastos a una empresa valenciana, Novomadera SL, para la cría de caballos. Esta decisión ha provocado sorpresa y malestar a los dos pastores que llevan toda la vida trabajando en la zona de forma precaria, ya que desde que se decretó la protección de este espacio natural no se había otorgado ninguna concesión.

Por ello, se sienten discriminados al considerar que la conselleria no ha respetado sus derechos históricos y no les avisó de que los pastos iban a ser adjudicados. El beneficiario es cuñado de Francisco Camps.

Voro Pérez tiene unas seiscientas ovejas en el marjal. Él heredó el oficio de su padre, quien a su vez prosiguió el del suyo. Son pues tres generaciones dedicadas al pastoreo en este marjal saguntino. "Antes teníamos un contrato con la Cámara Agraria a la que pagábamos por el disfrute de los pastos, pero desde 1993 que se protegió la zona, esta forma de uso se dejó", comenta. Pese a que Medio Ambiente no volvió a otorgar concesiones ni sacó a subasta los pastos, él y su compañero siguieron trabajando de forma normal.

Para no dañar la zona protegida, los pastores eran asesorados por los técnicos medioambientales encargados del control del paraje. "Ellos nos decían la zona por donde no podíamos meter las ovejas porque hay alguna planta protegida o porque crían algunas aves", señala Pérez. Todo era correcto hasta que a principios de año la firma Novomadera SL, con sede en Valencia y propiedad de Juan Fernando Bas Palmero, comenzaba a cercar parte de los pastos como cuadra para los caballos.

Licencia para 60 hectáreas

En total, según ha confirmado a Levante-EMV la Conselleria de Medio Ambiente, la empresa dispone de licencia hasta el próximo 31 de diciembre para ocupar 60 hectáreas dedicadas a la cría de 30 cabezas de ganado equino. Unos terrenos que inmediatamente fueron perimetrados con un cercado que opera como pastor eléctrico y, mediante pequeñas descargas eléctricas, impide que los animales escapen. "La ley lo dice bien claro, quien tiene prioridad son los ganaderos locales, después, los residentes en las localidades vecinas y, si sobran pastos, el resto", comenta. Daniel Bayo está jubilado, aunque sigue ayudando a su hijo con las 400 ovejas que tienen en el Marjal dels Moros. Daniel, su hijo, considera injustificada la decisión de la conselleria ya que, afirma, desde la Oficina Comarcal de Agricultura, Pesca y Alimentación (Ocapa) les aseguraron que "si estos pastos volvían a salir a subasta, nos avisaría; sin embargo, dieron esta concesión sin decir nada a nadie", se quejada. Por lo pronto, ya ha enviado varios escritos a los servicios territoriales de la conselleria quejándose de la situación. La Conselleria de Medio Ambiente, por su parte, achaca las críticas a "problemas de convivencia" entre los ganaderos. De hecho, la empresa de Bas ha presentado varias denuncias contra los pastores. Este diario ha intentado sin éxito reiteradas veces conectar con el concesionario.