Agencias, Valencia/Alicante

El pesquero de Santa Pola Clot de I'llot, que el pasado jueves rescató a 49 inmigrantes subsaharianos en alta mar en aguas del Mediterráneo central, atracó finalmente ayer en el puerto de Trípoli (Libia) para desembarcarlos después de recibir autorización de las autoridades del país. Pero la mayoría de los "sin papeles" se amotinaron en el barco y se negaron a salir al observar que no se encontraban en Europa, sino de nuevo en Africa. Finalmente, depusieron su actitud y abandonaron el navío.

Algunas fuentes aseguraron que al menos 14 de ellos bajaron por la fuerza, pero el resto lo hizo voluntariamente.

Desde la llegada del navío a puerto, las autoridades estuvieron negociando con los inmigrantes para que salieran de la cubierta, donde se encontraban resguardados, según explicó José Ruso, el armador del pesquero, quien llegó a advertir de que la mayoría de los inmigrantes, jóvenes con edades comprendidas entre 16 y 18 años, estaban "nerviosos y agresivos" y habían "amenazado con quemar el barco".

Después de que el pesquero alicantino Clot de I'llot rescatase en alta mar a un amplio grupo de inmigrantes a bordo de una patera, finalmente pudieron desembarcar en el puerto de Trípoli. No obstante, 33 de los 49 inmigrantes que trasladaron, se negaron a abandonar el pesquero una vez que comprobaron que no se encontraban en Europa, sino de vuelta a su país, aunque la mayoría son de origen somalí.

A pesar de este inicial intento de motín, los inmigrantes, entre los que había gran cantidad de niños y mujeres, acabaron cediendo y abandonando el pesquero. El armador advirtió de que incluso "amenazaron con quemar el barco" y estaban "nerviosos y agresivos".

Negociaron con ellos

Cuando encontraron la patera en aguas internacionales, estaba "medio deshinchada", hacía diez días que habían salido de la costa y ya habían muerto diez de ellos, que fueron arrojados por la borda. La tripulación del Clot de l'Illot avistó a las 10.00 horas del jueves a los inmigrantes, un total de 40, incluidos mujeres y niños a bordo de una patera medio deshinchada que había abandonado la costa hacía diez días. Tras aproximarse, comprobaron que se encontraban en mal estado de salud, por lo que en un primer momento les proporcionaron agua y víveres.

La embarcación se puso en contacto con las autoridades italianas, al encontrarse próximos a la isla de Lampedusa. Sin embargo, sobre las 14.00 horas, les dijeron que no era competencia suya, ya que estaban en aguas internacionales.

Por ello, el patrón de la embarcación, Héctor Ruso, de 20 años, consultó con su padre la situación y decidieron subirlos al pesquero. Dos de ellos fueron evacuados para recibir atención sanitaria por un helicóptero que salió de Malta.

El Clot de l'Illot permaneció a una milla del puerto de Trípoli, a la espera de que se autorizara la evacuación de los inmigrantes. Una conversación telefónica del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, con su homólogo libio, Abdu Al Rahman Shalgam, permitió desbloquear la situación y autorizar el atraque del barco en el puerto libio. Algunos inmigrantes abandonaron entonces el pesquero, pero un total de 33 se negaron a desembarcar. "Se han quedado dentro del barco, en la segunda cubierta, y de ahí no quieren salir", según declaró Ruso. Para lograr que depusieran su actitud, los pescadores se vieron obligados a ir "negociando" para ver si se les convencía "poco a poco", hasta que las conversaciones dieron resultado y los inmigrantes depusieron su actitud pacíficamente.