R. Montaner, Valencia

"El Turia, y en menor medida el Cabriel, son los rios guerrilleros por excelencia", explica el historiador Salvador Fernández Cava. De ahí que la pérdida de la red de apoyo de Benagéber y el campamento de Valdesierra fuera un duro golpe para la AGLA, que se vio obligada a retirarse hacía los Montes Universales, precisamente donde nace el Turia.

Las masivas detenciones de trabajadores del pantano y sus familias en la colonia de la presa, aunque desmantelaron la red que suministraba explosivos y ayuda a la guerrilla, no sirvieron para atrapar al responsable de la organización.

El jefe era un capataz de las obras

Fernández Cava explica que el jefe de la red de enlaces era un capataz de las obras del embalse, Olegario Cano Luján, natural de La Puebla del Salvador (Cuenca). "Logró escapar y se refugió en su pueblo, pero al ver que estaba poniendo en peligro a su familia huyo y fue delatado por un vecino". El historiador relata que el capataz murió en extrañas circunstancias en los calabozos de Minglanilla.

La redada en la colonia del pantano, vigilada por tres cuarteles de la Guardia Civil porque había una cárcel con presos condenados a trabajos forzados en la presa, puso al descubierto la existencia entre los trabajadores "de todo un grupo anarquista organizado formado por 10 personas que recibían el órgano oficial de la CNT, "Fragua Social", a través de Chelva". Al menos la mitad de los 30 detenidos eran mujeres e hijas de los trabajadores.