"Nunca como ahora se había hablado tanto del paisaje", escribió Nogué en Retorno al Paisaje, un libro editado en Valencia por Evren, en parte porque "la expansión galopante de la ciudad dispersa, vinculada al auge extraordinario del sector de la construcción, ha sido capaz, por primera vez en la historia, de transformar la fisonomía de miles de hectáreas en un cortísimo espacio de tiempo".

Resulta extraño que le premien en un lugar que no se caracteriza por haber respetado sus paisajes ...

El premio lo concede un jurado que ha valorado un curriculum, independientemente del entorno. Se premia a una persona, una forma de trabajar durante 25 años. En cualquier caso la destrucción del paisaje afecta a toda la costa y no solo en el entorno mediterráneo ni exclusivamente en España. En algunas zonas de Italia y Grecia ha habido procesos muy similares.

¿Qué explicación halla usted para esta conducta, casi suicida, que nos priva de un valor como el paisaje?

En última instancia uno puede acudir a los factores que todo el mundo conoce, aunque me gustaría remitirme a algo mas profundo presente en la sociedad española o mediterránea: y es que quizá no hemos interiorizado los valores inherentes al paisaje, no solo como recurso turístico sino como espacio colectivo, como espacio de identidad local. Son valores que en algunos ámbitos culturales distintos se han mantenido mucho mejor desde hace años.

¿Quizá han tenido menos presión?

Sí, sin duda, pero lo importante es que cambie nuestra cultura, nuestra sensibilidad.

¿Nadie se dio cuenta de que mataban la gallina de los huevos de oro?

En las zonas donde se vive del turismo, el paisaje tenía que haber sido tratado como una joya. No es solo la necesidad de actuar éticamente en relación con las generaciones posteriores y legarles estos paisajes, sino desde un punto de vista mas egoísta, conservar el paisaje preserva también que nuestros hijos puedan vivir y ganarse la vida con el turismo.

¿La crisis ayuda?

Seguramente ahora y en parte por la crisis, pero no exclusivamente, también por una mayor sensibilidad, ahora somos conscientes de determinados procesos que hoy no se repetirían.

Pues algunos empresarios se se quejan de que hay demasiado suelo protegido

No conozco bien el caso valenciano, pero hay que reconocer, por ejemplo, que el plan para l'Horta es muy ambicioso. La huerta es uno de los paisajes agrarios mas fantásticos que existen en Europa y creo que el hecho de que se esté pensando en protegerlo es síntoma de que las cosas están cambiando y nuestra sensibilidad también. Quizá la crisis nos ha puesto delante de los ojos cosas que no veíamos o que no queríamos ver.

Usted insiste mucho en el trabajo con escolares y desde el Observatorio del Paisaje elaboran materiales de apoyo...

Yo creo que es posible educar la mirada de los ciudadanos y no en un sentido ilustrado, sino en un sentido democrático, de creer firmemente en la educación como vía para transmitir valores sociales compartidos y estoy convencido de que se puede educar la mirada para aprender a disfrutar del paisaje, de sus valores.

¿Cree evitable el impacto que de la energía eólica?

Hay que llegar a un punto de encuentro entre lo obvio, que es que las energías renovables son parte de nuestro futuro, y un adecuado emplazamiento de los aerogeneradores.

Siempre nos quedarán los polígonos industriales...

Es un déficit de Cataluña y de toda España. La poca planificación supramunicipal nos ha dejado una suerte de minifundismo en la localización de polígonos industriales que hay que evitar.

¿La legislación ayuda?

Ayuda, pero para mí lo importante es la concienciación social y llevar la cultura del paisaje a nuestra sociedad. Debemos aumentar la cultura ciudadana del espacio público y la conciencia territorial, la ambiental la de paisaje... Sueño con que algún día determinadas cosas no ocurran simplemente porque a nadie se le pase por la cabeza que eso puede hacerse sin más.