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"No hay nada de nada, nada de nada porque no hay nada. Es que no hay nada". "Y de lo otro -en referencia a los trajes-, tampoco". Desde que la policía requisó contratos en la Agencia Valenciana de Turismo y papeles en Orange Market, la filial valenciana de la red de Correa, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, se ha desgañitado en las Corts, acosado por las preguntas de la oposición en las breves y tasadas sesiones de control, en negar cualquier tipo de irregularidad, las acusaciones contenidas en el auto de Garzón o, más concretamente, los presuntos regalos en forma de trajes y otras prendas de las empresas de la red que captaba contratos de las administraciones del PP y del partido, especialmente en la Comunitat. Hasta 126 veces ha rechazado Camps toda anomalía o dádiva en las ocho intervenciones en la Cámara.

Una defensa numantina que contrasta con el hecho de que, en el cuartel general del PP en la calle Génova de Madrid, comienza a asumirse la posibilidad de que Camps no dijera la verdad ante el juez. Es decir, que no pagara los trajes. De ahí el supuesto "plan B" para quitar importancia al delito de cohecho impropio del que le acusa el juez del TSJ. El jueves, el presidente de la comisión de disciplina del PP, Alfonso Fernández Mañueco, públicamente, dijo no poder aclarar si Camps pagó o no los trajes.

En las Corts, el presidente, envuelto entre los aplausos de los diputados del PP, se ha acorazado en la negación de cualquier irregularidad vía adjudicaciones a la firma, operaciones urbanísticas, financiación del PP o aceptación de dádivas. No por casualidad el "Negómetro" muestra sus picos más elevados conforme se agrava la situación judicial del jefe del Consell. En su primera comparecencia, el 12 de febrero -tres días después de la detención de "El Bigotes", cuando aún se mantenía que la relación con éste era testimonial-, Camps sólo negó dos veces (el contrato de Fitur está limpio, recalcó. El 19 de febrero, el mismo día en que se difundió que el fiscal Anticorrupción implicaba al jefe del Consell en la trama, necesitó emplearse hasta en 18 ocasiones para defender su labor y rechazar las acusaciones.

Garzón suma 34.900 euros

Sin grandes novedades judiciales, el termómetro parlamentario se enfrió: El titular de la Generalitat sólo tuvo que negar cinco veces en la sesión de control del 5 de marzo, a las 10 horas. Enric Morera, de Compromís-Bloc, ya preguntó a Camps sobre si había aceptado un regalo "en consideración a su función", el cohecho impropio tipificado en el artículo 426 del Código Penal que luego le atribuyó el juez del TSJCV José Flors. Camps lo negó. Tuvo fortuna porque ese día por la tarde se difundió el auto de Garzón en el que aprecia indicios de delito, detalla los trajes supuestamente regalados a Camps, Costa, Campos y Betoret por 34.908 euros y se inhibe en el TSJCV.

El 11 de marzo, en el Foro ABC en Madrid, por primera vez, alude directamente a los trajes: "Yo me pago mis trajes, claro que me pago mis trajes". La temperatura política ha subido bastantes grados y el 12 de marzo Camps se tiene que vaciar: Nada menos que 28 negativas. Entre ese día y el 30 de abril, la siguiente comparecencia, se suceden varios hechos graves para el jefe del Consell: el sastre José Tomás declara que los trajes los pagaba la trama, el TSJCV abre diligencias por cohecho y se difunde la conversación de Álvaro Pérez con la familia Camps en la que el jefe del Consell le llama "amiguito del alma". El 30 de abril es una jornada dura y Camps rechaza todo hasta 34 veces.

La tensión se mantuvo el 14 de mayo (Flors había tumbado la petición de nulidad de Camps), con 18 negaciones de cualquier irregularidades, y volvió al punto de ebullición el 21 de mayo, al día siguiente declarar como imputado en el TSJ. "No hay regalo alguno. No hay regalo alguno", proclamó. El 7 de junio el PP barrió en las europeas en la Comunitat. La goleada electoral hundió el "Negómetro". El 11 de junio, el jefe del Consell sólo necesitó negar cinco veces. "¿Se dan cuenta cómo al final es la nada sobre la que intentan pasar no sé qué tipo de acusación?", contraatacó Camps. Veinticinco días después, Flors veía indicios de delito e iniciaba el proceso para la apertura de juicio oral.