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Investigadores del Instituto de Neurociencias, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elx, han identificado una proteína llamada "SNAP25" que resulta clave para entender cómo se comunican las neuronas y para el futuro desarrollo de terapias en el tratamiento de enfermedades como la epilepsia o la neurodegeneración. Según explicó Juan Lerma, coordinador de este estudio, su equipo ha encontrado una nueva función de esta proteína, que es la de la su participación en la regulación y estabilización del número de receptores en la sinápsis (punto donde las neuronas intercambian la información). "Si éste número de receptores es alto, la transmisión es más fuerte, y si el número es bajo, la transmisión es débil", resumió el investigador.

"Los cambios en la intensidad de la transmisión sinápticas pueden tener consecuencias en la fisiología cerebral y en el comportamiento, dado que las sinapsis donde se han hallado estas variaciones de intensidad dependientes de "SNAP25" son necesarias para la memoria en entornos novedosos y ocupan una posición estratégica en el hipocampo, una estructura cerebral relacionada con el aprendizaje", explicó el coordinador del estudio.

Lerma añade que las distintas investigaciones apuntan a que la potenciación de la neurotransmisión que ocurre mediante el incremento del número receptores mejoran los procesos de memorización, mientras que la disminución influye en fenómenos de olvido y pérdida de memoria.

En cuanto al tratamiento de la epilepsia, la proteina SNAP25 interacciona con el "receptor de kainato" un tipo de receptor de glutamato (el neurotransmisor excitador más importante en el cerebro) involucrado en el desarrollo de esta enfermedad crónica caracterizada por uno o varios trastornos neurológicos. "Por ello, la identificación de esta proteína nos ayuda a entender cómo se desarrolla el fenómeno epiléptico para poder tratarlo".

El estudio del CSIC y la UMH ha conseguido describir como la "SNAP25" interacciona con los receptores de kainato y juega un papel fundamental en el recambio de éstos en la sinapsis, de tal manera que la rotura de esta interacción provoca la acumulación de receptores en la membrana e incrementa la comunicación neuronal. "Estos nuevos datos establecen un papel inesperado para la SNAP25 en el tráfico de estos receptores y la plasticidad sináptica, un proceso relacionado con la capacidad cerebral de aprender".