Tras la procesión y el regreso de la bandera al Archivo Histórico del Ayuntamiento de Valencia, se disparó una sonora mascletá. El viento arrastró pavesas y restos de la pirotecnia hasta el balcón (sin la protección metálica que se instala en fallas) obligando a los concejales a refugiarse en el interior. Las falleras mayores y sus cortes aguantaron en primera línea demostrando que llevan la pólvora en las venas. Carmen Alborch y Marta Torrado lucieron en la procesión zapatos (la diputada del PP de la marca de moda Louboutin) y tacones casi imposibles.