El vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, aseguró ayer que el partido no estuvo "brillante" a la hora de llevar la comunicación interna en relación al caso Gürtel y afirmó que sigue siendo amigo de Ricardo Costa y que éste "ya no desempeña su cargo" sino que está en un momento de "transición ordenada" de la secretaría general del PP valenciano.

Según indicó, la dimisión de Costa es a consecuencia de la imagen que ha transmitido desde su cargo dentro del partido y "no por el caso Gürtel en sí". "Yo si me transcriben las conversaciones que tengo a lo largo del día me avergonzaría del 90 por ciento de ellas", apuntó. Por su parte, el presidente de la Diputación de Castelló, Carlos Fabra, reiteró ayer su respaldo a Costa.

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Presidencia de la Generalitat ha vuelto a recurrir al conseller de Inmigración, Rafael Blasco, para salir del atolladero en el que se encuentra el Consell y el PP valenciano por el caso Gürtel. Blasco ya asesoró al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, cuando éste se encontraba en pleno ojo del huracán por su implicación en la causa de los trajes investigada por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat. El titular de Inmigración se puso al frente de la estrategia de Presidencia basada en la teoría de la conspiración, según la cual, las acusaciones hacia el presidente estaban alentadas por el Gobierno central y por un juez (Baltasar Garzón) que seguía instrucciones del primero. Además, se mantuvo que atacar al presidente de la Generalitat era sinónimo de atacar a la institución y, por ende, a todos los valencianos. Blasco, que fue nombrado coordinador de la campaña del PP de las elecciones europeas, ideó varios actos en defensa del presidente, el más sonado el que tuvo lugar en el Palau de la Generalitat en la víspera de ir a declarar ante el TSJ en calidad de imputado.

Con la causa sobreseída, Camps imaginó un nuevo ejercicio distinto centrado en la gestión. Trató de dar un golpe de timón con una remodelación del Consell en pleno verano. Sin embargo, y pese a que Presidencia quedó contenta con los servicios prestados por Blasco, Camps no premió al conseller y se limitó a enviar a Rambla a Industria, aunque manteniéndole el rango, y a cambiar de sitio a varios de sus consellers.

El caso Gürtel ha irrumpido de nuevo y con tal magnitud que hoy por hoy Camps se encuentra en el peor momento de su mandato y también en el de mayor de debilidad. La rocambolesca destitución del que era su mano derecha en el PP, Ricardo Costa, ha sumido a los populares en el desconcierto y ha bloqueado, si cabe, aún más al Ejecutivo.

Sin hoja de ruta

Con una hoja de ruta que saltó por los aires días antes del debate de política general, el Consell de Camps ha ido dando bandazos sin una estrategia aparente o al menos sin que haya funcionado para conseguir retomar la agenda política. En esta tesitura, Camps ha rescatado a Blasco, a quien en los últimos días es frecuente verlo en el Palau de la Generalitat en las reuniones que se celebran para dar un giro a la situación. En el gabinete de crisis continúan los vicepresidentes Vicente Rambla y Juan Cotino, ambos salpicados en el escándalo Gürtel.

De momento, el conseller de Inmigración protagonizó el pasado fin de semana un acto en Ontinyent en el que recuperó la teoría de la conspiración y acusó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de manipular el caso Gürtel. La intervención de Blasco fue ampliamente recogida en los medios de comunicación, entre otras cosas, porque es el único que ha salido en defensa del presidente. Excepto la portavoz del Consell, Paula Sánchez de León, quien los viernes tiene que responder a las preguntas sobre el caso que le formulan los periodistas, el resto de consellers están desaparecidos o en actos de perfil bajo. Aunque el papel de Blasco está todavía por definir algunas fuentes mantienen que su relevancia política será mayor en los próximos días.

Mientras el Gobierno autonómico parece desaparecido, los únicos movimientos para recuperar la imagen de cohesión en partido procede de los barones provinciales, que tienen previsto reunirse esta misma semana.