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El PP se quedó ayer solo en el pleno de las Corts al imponer la creación de una comisión de investigación de la contabilidad de todos los partidos, después de haber vetado una propuesta del PSPV para analizar los contratos con empresas de la trama Gürtel. PSPV, Compromís y Esquerra Unida, no sólo votaron en contra, sino que anunciaron que no asistirán a ese órgano para no participar de un "sainete" en el que el PP, con las cuentas al desnudo en el juzgado, quiere "extender a todos las sospechas de corrupción". Además, el portavoz del PSPV, Ángel Luna, avanzó que, pese al artículo 502 del Código Penal que invocan los populares, ni darán papeles ni comparecerán en la comisión, empezando por el ministro Rubalcaba. Los populares anunciaron que presentarán una ley urgente para cubrir la "laguna legal" citada por Luna (la alusión del Código Penal debe desarrollarse, dijo) y hacer efectiva la obligación de comparecer. El socialista replicó que ni aun así, ya que las Corts "carecen de competencias" para investigar las cuentas de los partidos y la pretensión del PP supone "usurpar las competencias del Tribunal de Cuentas".

Al nuevo secretario regional del PP, César Augusto Asencio, le tocó asumir la papeleta. Explicó que si el PSPV hubiera actuado "con respeto al presidente y los tribunales, estaría en posición de pedir que se investigue sólo al PP", pero como se ha "ufanado", dijo, de "ir más allá de los tribunales, se coloca en la línea de dar ejemplo y de contrastar su contabilidad con la nuestra". Ahora tendrá que demostrar que no tiene caja "B", vino a decir. Mientras en el PP están "tranquilos" con sus cuentas, sostuvo, el PSPV no tiene más que "el informe de la policía de Rubalcaba", en referencia a la Brigada de Blanqueo de Capitales, que denuncia la supuesta financiación ilegal del PP.

Asencio enfatizó que sólo el 3,5% del sumario se refiere a la Comunitat, con conversaciones e informes "que por sí mismos no dicen nada" mientras luego se omiten datos "exculpatorios", de forma que es el informe el que construye, a su juicio, la implicación del PPCV. Por eso citarán a Rubalcaba y a los policías implicados. Aseveró que, igual que en el PSOE fue capaz de "organizar un crimen de Estado con los GAL", ahora ha fabricado el informe de la policía. Luna le saltó a la yugular: "¡Qué osadía, hablar de los GAL por quien ha negado el Holocausto!" El popular reprochó después a los socialistas que "no respeten a un menor de 17 años de hace 30 años", en referencia a que esa opinión la expresó en 1979. En medio de la bronca, Asencio se enredó en justificar que responsables de la oposición en Crevillent, donde es alcalde, por poco no le dieron "clases de formación del Espíritu Nacional" y que otros "viajaron en el 87 y 88 a Hungría, con la dictadura comunista y los campos de concentración en el Este".

"¡Que vuelva Costa!"

"¡Que vuelva Costa!", se oyó gritar en el PSPV. Luna dejó muda la bancada popular cuando leyó pasajes de conversaciones que afectaban a algunos presentes, como el vicepresidente Vicente Rambla; el secretario del grupo, David Serra; y la tesorera, Yolanda García. Los rostros crispados lo decían todo. "El presidente usó su propia familia como buzón de la trama para arreglar contratos", clamó, para avisar: "A ustedes los han pillado. Hay muchas pruebas, documentos y testimonios; no lo podrán tapar".

Mònica Oltra (Compromís) recalcó que, si el PP quiere transparencia, debe entregar los contratos Gürtel y Marga Sanz (EU) acusó a los populares acusó de "poner en marcha el ventilador". Previo a este debate, el PP rechazó una propuesta de Compromís que pedía un Comité Antifraude y que la Generalitat no contrate con las empresas citadas en el sumario. El grupo mayoritario ni siquiera contestó al tener vetada a Iniciativa.

Nervios de Asencio y caras largas del Consell

El "número" dos del PPCV en funciones pagó los nervios de un debate en el que tenía las de perder. En el PP se preguntaban por qué el asunto lo llevó él (con la mochila de la polémica sobre el genocidio judío) y si alguien quiso quemarlo a las primeras de cambio. Asencio (quien se llevó a la televisión de Crevillent, su pueblo, criticó Oltra) se despistó y aplaudió la intervención de Luna hasta que lo avisó Serra. Del resultado del debate hablaban las caras largas de Rambla y Cotino.