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Las universidades valencianas han ganado el pulso que mantenían con el Consell y finalmente no someterán su tesorería al control de la Conselleria de Economía y Hacienda. «Han puesto encima de la mesa que la autonomía universitaria alcanzaba también a estas cuestiones y nadie más respetuoso que el Consell con la autonomía de las universidades». Con esta frase, el vicepresidente segundo y conseller de Economía, Gerardo Camps, daba ayer por perdida la batalla con los centros académicos.

Tal como informó este diario, el Consell pretendía incorporar a las universidades en su propuesta de centralizar la tesorería de todas las empresas y organismos públicos dependientes de la Generalitat. La medida forma parte del anunciado Plan de Austeridad de las cuentas de 2010 y pretende racionalizar el gasto en el sector público. La Conselleria de Economía consideró que las universidades debían también someterse a esta supervisión, pero los centros académicos lo entendieron como un atropello a su autonomía. El Consell, consciente de que abrir otro fuego con los rectores era perjudicial máxime en un momento tan delicado como el actual, ha optado por renunciar a sus planes. El propio Camps admitió en la rueda de prensa que la tesorería centralizada permitirá al Ejecutivo controlar al dedillo los movimientos financieros de las empresas y organismos públicos. Según detalló el conseller, en un momento dado Hacienda podrá disponer de determinado dinero no gastado en una entidad para financiar gastos de otra firma.

Por otra parte, el gasto que el presupuesto de 2010 destina a las Universidades asciende a 808,9 millones de euros.