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Unos científicos valencianos han recuperado y restaurado el cráneo de la última vaca marina, que habitó en el Mediterráneo hace cuatro millones de años, en el Plioceno español. El fósil procede de un paraje de Pilar de la Horadada y está expuesto hoy en el Museo de Ciencias Naturales de Valencia. Tal como afirma el paleontólogo valenciano, Ximo Sendra, es único en España pues "hasta el momento se habían descrito en el Eoceno y Mioceno de España restos tanto craneales como postcraneales de sirenios" pero del Plioceno únicamente existían restos postcraneales que no permitían "una buena caracterización taxonómica".

Hay que decir que las vacas marinas se extinguieron en el Mediterráneo durante el cambio climático del Plioceno al Pleistoceno, que dió paso a un clima más frío, más estable y más seco de forma brutal. Por ello, el cráneo ahora citado pertenece al último ejemplar de vaca marina que vivió en el Mar Mediterráneo, cuando este ecosistema reproducía las características de una zona subtropical, con altas temperaturas, abundantes precipitaciones, agua caliente y altamente salinizada. Hoy las vacas marinas, y sus parientes, los manatíes nadan en Florida, Guatemala, Costa Rica, Puerto Rico y Australia, por citar algunos ecosistemas con clima húmedo y caluroso.

Pesan hasta 500 kilos

Están en peligro de extinción y sufren el acoso de los furtivos, que los cazan por su carne con sabor a cerdo. Son mamíferos marinos, herbívoros, miden de 3 a 5 metros, y pesan entre 300 y 500 kilos. En su momento, el hallazgo se debió a un encuentro casual, efectuado a finales de 1992 por las hermanas Ana y Soledad Nuñez, en el paraje denominado Rambla del Río Seco, en Pilar de la Horadada. Sin embargo, el carácter "excepcional" del fósil ha sido valorado ahora, después de varios años de estudio y de colaboración de tres especialistas.

Los numerosos fragmentos recuperados se trasladaron al Departamento de Geología de la Universitat de València, donde se procedió a la restauración y montaje del cráneo. Una vez preparado, quedó depositado en el Museo Paleontológico de Valencia, tras una cierta polémica con las autoras del hallazgo respecto a la propiedad del mismo. En la actualidad, se halla expuesto en el Museo de Ciencias Naturales. Este fósil fué estudiado por el propio Sendra, el doctor Plinio Montoya, que certificó las medidas del cráneo y la doctora Margarita Belinchón, Directora del Museo Natural de Ciencias Naturales de Valencia (sito en Viveros).

Catalogado en 1811

La vaca marina hallada en Pilar de la Horadada, explica el investigador Ximo Sendra, pertenece al orden de los sirenios, catalagado por Illiger en 1811. Este grupo es de los menos conocidos hasta la actualidad (junto con los cetáceos) en el registro fósil general, especialmente en nuestro país.

Hoy sólo quedan vivos dos géneros del orden: Trichechus y Dugong. Los cráneos de estos dos géneros, pese a mantener en común la estructura masiva, presentan una forma diferente. Trichechus tiene una morfología craneal estrecha y alargada, frente al cráneo más ancho y corto que poseen los Dugong. Evolutivamente, están emparentados con los antepasados de los elefantes, solo que esta rama evolutiva se adaptó a vivir en el mar, aunque también son herbívoros, de ahí que se les denomine Vacas Marinas y tienen un caracter muy pacífico. El Metaxiterium valenciano está más próximo evolutivamente al dugong, que en la actualidad vive en aguas tropicales de Australia.

Otra vaca sin cráneo

Esta vaca marina se suma a las abundantes citas de sirenios, representados por varias especies, en el Plioceno circunmediterráneo, que ha detallado Sendra en sus estudios. El investigador de la Unidad de Paleontología del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biologí?a Evolutiva, ya había recuperado hace años, como publicó Levante-EMV, otro ejemplar de vaca marina en Crevillent, de edad más antigua, datada hace 8 millones de años en el Mioceno, que no tenía cráneo. El área de Pilar de la Horadada formaba parte durante el Plioceno inferior (Plioceno I) de la llamada Cuenca del Mar Menor, en una zona litoral relativamente superficial.

Sendra, que ha excavado el yacimiento paleontológico, explica que la serie estaba básicamente formada por "calcarenitas pliocénicas -areniscas con muchos restos fragmentados de invertebrados como los moluscos, erizos, etc.-, con diferentes contenidos de arcillas y margas en niveles discontinuos que no se llegan a diferenciar en estratos".