La expansión del "Leptoglossus occidentalis" generó, según relata el entomólogo Sergio Montagud, "mucha alarma por su similitud a la vinchuca ("Triatoma infestans", en la foto superior), la chinche que transmite a través de sus picaduras el protozoo que causa el mal de Chagas, pero no tiene nada que ver". Este especialista de la Fundación Entomológica Torres Sala que gestiona el Museu Valencià d'Història Natural detalla que mientras la vinchuca es "hematófaga, es decir, que se alimenta de la sangre del hombre y de otros animales" tras taladrar su piel con picaduras irritantes, la chinche gigante del pino "es fitófaga, ya que en lugar de sangre chupa la savia de los árboles, y por lo tanto es inofensiva para el hombre". Esta especie invasora vive sobre el tronco de los pinos, donde pone sus huevos o ninfas, y se desplazan a través de vuelos cortos. Las ninfas dan lugar a chinches pequeñitas que van creciendo poco a poco. r. montanervalencia