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El presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Juan José Moragues, trasladó ayer a los representantes de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó la necesidad de que el proyecto del trasvase Júcar-Vinalopó se ciña a las condiciones que acompañaron al cambio de trazado desde Cortes de Pallás al Azud de la Marquesa.

En la reunión celebrada ayer en la sede de la CHJ, la cuarta en los últimos dos años -las tres anteriores sin la presencia del presidente de los usuarios, Andrés Martínez-, se acordó estudiar la realización de un convenio de colaboración para el control y seguimiento de las necesidades y usos de agua en la zona, aunque sin aludir en ningún momento al posible envío de caudales del Júcar para uso de boca.

Según fuentes de la CHJ, durante los debates "quedó claro que solamente se trasvasarán sobrantes del Júcar" y que "en ningún caso y de ninguna forma se reducirán ni condicionarán los derechos de los diferentes usuarios de la cuenca del río Júcar".

Las fuentes subrayaron que el Ministerio de Medio Ambiente ha trasladado a los usuarios del Vinalopó que las condiciones medioambientales de todo el río, sus acuíferos y ecosistemas asociados "son restricciones del propio Júcar y, por tanto, con carácter previo a los sobrantes que cada año se puedan producir".

Por último, los asistentes a la reunión coincidieron en que "evitar la sobreexplotación de los acuíferos del Vinalopó-Alacantí es el objetivo prioritario de las aguas que se trasvasen.

Pese a estas importantes restricciones, que limitan la posibilidad de garantizar todos los años el envío de agua al Vinalopó (al no haber garantía, sería suicida crear en las ciudades de l'Alacantí una dependencia de estas aguas, aseguran los críticos al trasvase de caudales para potabilizar), la delegación alicantina manifestó tras el encuentro que Juan José Moragues había confirmado que el agua elevada desde el Azud de la Marquesa "servirá para regar y para beber". No obstante, reconoció que no se había hablado de la potabilizadora con la que se pretenden tratar los, por el momento, hipotéticos caudales del Júcar.

Por su parte, Xúquer Viu y los colectivos que rechazan el trasvase de aguas del Júcar para uso de boca en el Vinalopó advierten de que pese a las garantías de que no habrá "concesiones" -no puede haberlas si se trata de sobrantes- "si el agua que llegue al Vinalopó puede conectarse a una demanda urbana, el año que no haya sobrantes habrá un conflicto social", declaró el portavoz Paco Sanz.

"Lo paradójico es que en Alicante se anuncie que van a beber agua potable del Júcar mientras aquí hay 100.000 personas a la orilla del río bebiendo agua con nitratos", añadió.