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Las escasas lluvias del otoño y la gestión del río Júcar que realiza en el Salto de Villalba de la Sierra Unión Fenosa ha provocado que el río se seque en un tramo de unos diez kilómetros situados dentro del Parque Natural de la Serranía de Cuenca. Según fuentes de Ecologistas en Acción, habitualmente la presa de La Toba suelta una exigua cantidad de agua, que no llega en muchos casos a los doscientos litros por segundo. El resto del caudal del Júcar se deriva a través de un canal hasta el Salto de Villalba. "Debido a ello, en los quince kilómetros de río que hay desde el pie de presa hasta los manantiales de Los Baños (estos últimos muy mermados por la captación de agua para la ciudad de Cuenca), en la zona conocida como los cortados de Villalba, el caudal es siempre muy escaso", aseguraron los ecologistas.

Cuando los manantiales de la zona aportan poco caudal, el río se puede llegar a secar completamente en parte de su recorrido, como ha sucedido estos días.

Xúquer Viu recordaba ayer que al menos en otras tres ocasiones , además de la actual, algún tramo del río Júcar se ha quedado en seco por el exceso de presión que existe sobre sus aguas y la ausencia de un Plan Hidrológico de Cuenca que contemple adecuadamente los usos y fije caudales ambientales. Así, en 1994 el Júcar se secó en unos 40 kilómetros de cauce cerca de Albacete debido a las extracciones masivas de agua en el acuífero más próximo y a la sequía que impidió liberar caudales desde Alarcón para mantener artificialmente el río.

En noviembre de 2006 el Júcar se secaba en el mes de noviembre en un tramo de varios kilómetros cerca de Alberic, obligando a liberar más agua desde Tous. Finalmente, en marzo de 2008 el Júcar volvió a secarse en Cuasiermas (Albacete).