Miles de personas se manifestaron hoy por las calles de El Cabanyal (Valencia) para reclamar su rehabilitación y reivindicar un barrio "entero y vivo". Asimismo, pidieron la paralización del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (PEPRI) que prevé realizar el ayuntamiento para la prolongación de la Avenida Blasco Ibáñez por esta zona.

La plataforma Salvem el Cabanyal, organizadora del acto, aseguró que la protesta había sido un "rotundo éxito", ya que cifraron la participación en unas 30.000 personas, aunque fuentes de la Policía Local apuntaron a Europa Press que habían asistido cerca de 3.000 personas. La manifestación recorrió la calle de la Reina, la calle del Mediterrani y finalizó entre las puertas del Mercado de El Cabanyal y la Plaza Creu de Canyamelar.

Al finalizar la protesta, un portavoz de Salvem el Cabanyal leyó el manifiesto de la entidad que recoge que "no se puede seguir destrozando el patrimonio". Así, después de "12 años de lucha", la entidad asevera que "no va a parar hasta que el barrio se rehabilite y se quede entero y vivo" porque Valencia "no puede perder esta parte de la memoria colectiva".

En el manifiesto, Salvem el Cabanyal agradece el respaldo de las entidades cívicas y políticas que apoyan la entidad, "todas menos uno" --matiza-- "el PP valenciano, que está enroscado en asuntos de corrupción y compromisos políticos".

Así, acusan a los 'populares' de "llevar la degradación, el dolor y la injusticia social" al barrio. En este sentido, el manifiesto asegura que, hasta ahora, El Cabanyal "nunca había sido un barrio degradado", por lo que creen "necesario un plan de rehabilitación integral que cuente con la participación de los ciudadanos" y que lleve la "prosperidad" a esta zona.

Frente a este propuesta, lamentan la "actitud antidemocrática del PP que no sabe gobernar con una democracia participativa" debido a su "proyecto especulativo innecesario". Asimismo, añaden que "no es necesario abrir Valencia al mar, porque está en el mar desde hace 100 años" y que "ninguna ciudad del mundo toleraría un expolio así a su patrimonio".

La manifestación estuvo encabezada con la pancarta 'El Cabanyal es nuestro y lo queremos entero y vivo', y otros participantes llevaron carteles como 'La lonja es la historia del pueblo y no se toca', 'Destruir es perder la identidad' o 'No tiréis la casa de mi abuelo. Yo también quiero vivir allí'.

También había algunas pancartas que hacían referencia a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y al teniente de alcalde, Alfonso Grau, como 'Basta de Rictaduras y Graulladas', 'Rita, no pasarás' y 'Rita, Rita, no me toques la casita'.

Asimismo, acudieron a apoyar la protesta numerosos políticos como la portavoz del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento, Carmen Alborch; varios ediles socialistas; el secretario general del PSPV en la ciudad, Salvador Broseta; el portavoz de Compromís en las Corts y miembro del Bloc, Enric Morera; la diputada de Compromís e integrante de Iniciativa, Mónica Oltra; o la coordinadora general de EUPV y diputada autonómica, Marga Sanz, entre otros.

A lo largo del recorrido, bandas de percusión animaron la protesta, mientras los participantes corearon lemas como 'Salvem el Cabanyal', 'Rehabilitación sin destrucción', o 'Rita, escucha, Valencia está en la lucha', entre otros.

La portavoz de la Plataforma de Salvem el Cabanyal, Maribel Doménech, explicó en declaraciones a los medios de comunicación que el PEPRI de El Cabanyal significa un "ataque a la cultura, a la memoria colectiva y a la identidad, porque es un barrio singular y hermosísimo digno de permanecer en el tiempo". Asimismo, consideró que la prolongación de Blasco Ibáñez "no es necesaria", ya que "ya hay cinco avenidas que dan al mar y en este momento hay proyectos que van a llevar dos nuevas salidas".

"PRÓXIMO A RESOLVERSE"

Doménech apuntó que la plataforma ciudadana se encuentra "esperanzada", porque la declaración de expolio por parte del Ministerio de Cultura "ha dado paso a una nueva situación". Al respecto, apuntó que el conflicto de El Cabanyal "está próximo a resolverse".

En este sentido, trasladó a ciudadanía que se trata de "un proceso judicial, no político". Añadió que "no hay ningún problema de competencias, ya que la competencia de decidir si había expolio o no la tenía el Ministerio de Cultura, que dictó la paralización total del proyecto".

Por su parte, la portavoz del grupo municipal socialista, Carmen Alborch, aseveró que además de apoyar al barrio, su formación respalda también "unos modos de vida, una arquitectura, un patrimonio histórico, y una lucha ciudadana que ha defendido estos valores a lo largo de mucho tiempo".

Así, la dirigente socialista coincidió en que la prolongación de Blasco Ibáñez "supone partir en dos un hermoso barrio" y en que es "innecesaria". Por ello, apostó por "rehabilitar y regenerar" el barrio, porque tiene unas "características maravillosas", como su cercanía al mar y a la zona de las universidades. De este modo, Alborch propuso la restauración de edificios para el fomento de la I+D+i y para que "pueda venir gente de las universidades a vivir aquí".