Ángel Manuel Adán García (Valencia, 1940) es el presidente de honor de la Asociación de Amigos del Museo Histórico Militar de Valencia, institución que, como coronel de Artillería, dirigió en los últimos años de su carrera militar. Antes de pasar a la reserva activa, estuvo al mando de la principal agrupación logística del Ejército en Valencia, la desaparecida Aalog 31. De ahí partieron los primeros militares valencianos a Bosnia, en la primera misión de mantenimiento de la paz de las Fuerzas Armadas españolas.

Ángel es el menor de los cuatro hijos del comandante de Marina de Valencia en la República, José Adán Pérez, quien, tras ser depurado después de la guerra, fue repuesto en el cargo por las autoridades de la dictadura. Ángel iba para médico pero su "vocación de militar" pudo más que los planes de sus padres. Entre sus hermanos está el abogado José María Adán, quien en agosto de 1976, como procurador de las últimas Cortes franquistas, fue uno de los primeros impulsores de la autonomía valenciana.

Desde que se jubiló en 2005 "vive" en los archivos castrenses investigando la Historia Militar valenciana. Hoy, por ejemplo, está volcado en estudiar la presencia de valencianos en la Guerra de Cuba.

Pero, antes de escribir la historia, fue protagonista de ella como militar. Se licenció en Económicas en aquella Universitat de València de los 70 del pasado siglo, un hervidero político en el que era conocido como "el capità" porque iba a clase de uniforme. También le tocó vivir en los cuarteles la Transición, la legalización del PCE, los atentados terroristas contra militares que llenaron de piedras el camino hacia la democracia y, ya como comandante, el golpe del 23-F en Valencia.

la guerra Civil

"Empezó en 1931 al no llegar la República de forma democrática"

"Fue una verdadera tragedia, tres años angustiosos, desastrosos y calamitosos de guerra. Pero hay que tener en cuenta que la Guerra Civil empezó en 1931, porque la República llegó por unas elecciones municipales, que encima perdió la izquierda, y que se instauró por la fuerza de un golpe, entre comillas, y por el abandono de España de la Monarquía. Es decir, no tuvo una llegada democrática y feliz, sino forzada por una serie de circunstancias y desaciertos de los últimos gobiernos de la Monarquía. La República no fue aceptada realmente por nadie, ni por la izquierda, que aspiraba a una república revolucionaria al estilo ruso, ni por la derecha, que no había perdido las elecciones. Solamente los azañistas fueron los que intentaron mantener una República, que, insisto, no fue democrática y además fue sectaria. Desde el 31 al 36 hubo un montón de desafueros, una situación de inestabilidad, de odio y, desde luego, de desorden público, que culminó con el llamado alzamiento de 1936, en el que quiero que quede muy claro que un gran número de generales se alzaron al grito de "¡Viva la República!"".

la dictadura

"Muchos fusilados tenían las manos manchadas de sangre"

"La dictadura franquista tuvo dos épocas bien definidas: una dictadura y una "dictablanda". Respecto a esta primera época, también hay que decir que, hoy en día, pretende oscurecerse que muchos de los fusilados, por no decir su inmensa mayoría, lo fueron porque tenían las manos manchadas de sangre. Yo tengo conocimiento exhaustivo de temas valencianos en donde hay sentencias a pena de muerte por haber asesinado a sacerdotes, a civiles, por haber estado en las "checas"... A los condenados por delitos políticos, entre los que también hubo fusilamientos, normalmente se les conmutaba la pena por la de cadena perpetua. También es cierto que a partir de finales de los años 50 España vivió un desarrollo social y económico envidiable, y muy pocos, por no decir ninguno, pueden quejarse de nada. No había libertad para que hubiera partidos políticos, pero esa era de las pocas cosas que estaban limitadas. La prueba es que el proletariado alcanzó la clase media, que el obrero estaba más protegido del patrono de lo que lo ha estado nunca y que un montón de leyes del franquismo de esa época aún están vigentes".

la transición

"La esperanza era constituir una nación unida y social"

"Como la inmensa mayoría de los españoles, los militares valencianos vivimos la Transición con la esperanza de llegar a constituir una nación unida, social y fortalecida. En los cuarteles, por lo menos en el mío, no hubo dificultad ninguna respecto a la legalización del PCE. Se vio como un paso más hacia la normalidad democrática. A los más antiguos les molestó, porque la mayor parte de ellos tenía a sus padres asesinados por las "hordas marxistas", que se decía entonces. Pero los que no tenían esa connotación personal lo vieron con tranquilidad, y el conjunto del cuartel con total y absoluta normalidad".

Las autonomías

"Vimos el Título VIII de la Constitución con profunda decepción"

"La mayor parte de los militares vimos el Título VIII de la Constitución, el que se refiere a las autonomías, con profunda decepción y con esperanzas de que se encauzara debidamente. Los militares, que hemos jurado derramar la última gota de nuestra sangre en defensa de la unidad de España, las veíamos como un peligro. Por cierto, peligro que se ha puesto ahora claramente de manifiesto".

Terrorismo

""Cuídese usted, teniente coronel", me dijo Narcís Serra"

"Los atentados terroristas contra el Ejército durante la Transición se vivieron en los cuarteles valencianos con profunda rabia e indignación. Rabia porque pensábamos que no se hacía lo suficiente para acabar con aquello, e indignación al ver cómo compañeros nuestros, por el mero hecho de llevar el uniforme, eran asesinados vilmente en las calles. Tuvieron consecuencias muy negativas para el Ejército, ya que, de entrada, empezamos a vestir de paisano para ir al cuartel, y además teníamos que estar vigilantes permanentemente del coche, de modificar los itinerarios. Yo entonces les decía a mis mandos: "Tengo que salir de casa y volver a entrar. ¡Como no vengan los bomberos y me metan por una ventana...!". ¿Y el horario flexible? Eso se puede llevar en una oficina pero no en un cuartel. Y así se lo dije yo al entonces ministro de Defensa, Narcís Serra, en una reunión que tuvimos en Capitanía. "Cuídese usted, teniente coronel, cuídese," me dijo. Yo le respondí: "me tengo que cuidar, pero soy lo que soy y tengo que serlo". Pero también hubo cosas positivas como la solidaridad ciudadana para con los militares. Recuerdo que los dueños de un taller que había cerca de mi finca me llamaron por teléfono y me dijeron: "Don Ángel, hay unas personas muy raras que llevan media hora merodeando por la puerta de su casa". Luego resultó que era algún sistema de vigilancia de la Guardia Civil".

El 23-F en valencia

"Hubo generales con mando que no fueron informados"

"En la División Maestrazgo nº 3 de la guarnición en la Comunitat Valenciana, se realizaban unos ejercicios habituales que consistían en hacer una llamada de concentración en el cuartel, a cualquier hora del día o de la noche, y comprobar que a las dos horas las unidades estaban operativas. Aquello acababa con una marcha a pie o un despliegue con material en lugares programados por el mando. Estas órdenes llegaban a los cuarteles en sobres lacrados que sólo podían abrir el jefe del cuartel o el oficial de servicio. En el 23-F, en Valencia, se utilizó este procedimiento reglado para sacar a las unidades de los cuarteles. Es obvio que un círculo muy reducido de altos mandos sabía lo que se quería hacer, pero la totalidad de las fuerzas sólo cumplió las órdenes recibidas sin saber a dónde se dirigían. Hubo generales con mando que no fueron informados absolutamente de nada de lo que se estaba gestando".

milans del bosch

"Era un general querido por todos sus subordinados"

"Lo conocí cuando era capitán general de Valencia. Era un general con carisma, respetado y querido por todos los que estaban a sus órdenes. Yo entiendo que fue engañado. Para mí, su caballerosidad, su pundonor y su carácter militar no se pueden poner en duda. Yo creo, repito, que él fue engañado".

La verdad del golpe

"Fue una trampa de la que jamás se sabrá lo que pasó"

"El 23-F pasará a la historia sin aclarar lo que se quería gestar y quién estuvo detrás de todo este decimonónico suceso. Fue, en sentido figurado, una trampa. Se ha escrito, se ha dicho, se han hecho películas por activa y por pasiva. Que si fue esquiando cuando había que dar un "golpe de timón", que si los políticos en Lérida hablaron con unos y con otros, que si habían aceptado formar un Gobierno de coalición. En fin, una serie de ideas, contrapuestas algunas de ellas, que se lanzan y de repente aparece una persona iluminada, claramente extraña, en el sentido de que los guardias civiles que van a ocupar el Congreso de los Diputados viajan en autobuses civiles y que, al parecer, van protegidos por el CNI... Es un esperpento. En España existían un montón de regiones militares y solamente aquí salen a la calle. Luego, hubo un consejo de guerra tremendamente largo en el que no se aclaró nada. ¿Qué pasó realmente? Pienso que, como en el asesinato de Prim, jamás se sabrá lo que ocurrió. Lo que sí que sé es que fue un motivo de recelo contra el Ejército y una excusa para constreñirlo todo lo posible a una función técnica".

el PODER MILITAR

"En época de Franco fue cuando peor estuvo el Ejército"

"Desde finales del siglo XVIII y sobre todo el XIX, en España existía el Ejército como poder autónomo dentro del Estado. Este poder militar llevó a España a una serie de pronunciamientos, de asonadas, de intervenciones de los militares en la vida pública al margen de cualquier poder civil. Eso se cortó totalmente con la llegada de Franco al poder, quien fue el primero que lo cercenó. Durante su dilatado gobierno, en ningún momento permitió que hubiera un poder militar que le hiciera sombra. Tal vez sea conviente recordar que en la época de Franco es cuando peor ha estado el Ejército. Dotado y pagado. A partir de ahí nunca ha habido poder militar en España. Pero el golpe, entre comillas militar, del 23-F lo que hizo fue abrir el interrogante de si nuevamente en España iba a aparecer un poder militar. Para el Ejército fue el punto de inflexión para que ese llamado "poder militar" versus "poder civil", reliquia del siglo XIX y que ya no tenía vigencia alguna en la institución militar, fuera, por si acaso, objeto de claras necesidades de control por parte de los partidos del arco parlamentario para sus nuevas políticas de Defensa. A partir de ese momento, a mi juicio con exceso, se ningunea al Ejército en beneficio del poder civil del Ministerio de Defensa, que está ahí y que todo el mundo respeta, pero no hay por qué ningunear a los militares para que acepten lo que manda la Constitución, que la aceptan de corazón y que, además, han jurado defenderla".

Memoria histórica

"Memoria es una cosa e historia, otra muy distinta"

"Memoria es una cosa e historia, otra muy distinta. La memoria puede recordar cualquier acontecimiento y verlo de forma que no se ajuste a la realidad. La denominación de la Ley de la Memoria, ya de por sí, la hace dudosa y sesgada. Es una ley innecesaria, sectaria y que sólo sirve para revivir unos dolorosísimos hechos de forma parcial y acotada en el tiempo. ¿Por qué no retrotraemos la memoria a 1931? ¿O mejor aún, a las Guerras Carlistas? Se está suplantando el trabajo de los historiadores. Además, la retirada de símbolos del Ejército es una ofensa gratuita, grave e inexplicable a las tradiciones militares. Uno más de los numerosos agravios recibidos, como la modificación o el intento de cambiar los himnos militares. ¿A quién molesta que haya una placa con los laureados de San Fernando? Están condecorados porque dieron su vida por una España mejor. Si quieren poner a su lado a los laureados con la Gran Cruz de la República, que los pongan. Otra cosa es que se quieran hacer homenajes. Por ejemplo, se les da pasaporte español a los brigadistas internacionales, que eran, en su mayor parte, comunistas que vinieron mandados por su partido para defender una determinada idea marxista-leninista y se les niega a los pobres marroquíes que se afiliaron al ejército nacional. ¡O jugamos todos o rompemos la baraja!".