?

La descripción física que hizo de Juan Cano el testigo clave del caso del asesinato del alcalde de Polop, Alejandro Ponsoda, es uno de los frentes en los que se está librando la instrucción judicial del caso. Este testigo ofreció una descripción de la persona que encargó el asesinato de Ponsoda en los reservados del club de alterne Mesalina. Contra esto, Cano ha presentado a la juez certificados médicos con el objeto de rebatir los datos físicos aportados por el confidente. El ex alcalde de Polop está en prisión desde finales del pasado mes de noviembre como presunto autor intelectual de la muerte de su antecesor en el cargo. Cano siempre ha defendido su inocencia y el martes compareció ante la juez a petición propia. En su declaración, señaló que jamás había estado en los reservados del Club Mesalina y que no pisa el local desde el año 2002. Por lo menos.

Cuando Juan Cano fue conducido hasta los juzgados de La Vila desde la cárcel de Villena llegó sin esposar y con una carpeta azul entre las manos en la que presumiblemente llevaba tanto los certificados médicos como recortes de periódicos con los que intentó rebatir las acusaciones que se han dirigido contra él. Uno de los aspectos en los que Cano centró su declaración fue en rebatir la descripción física que hizo de él el testigo protegido. El ex alcalde trató de desmentirla punto por punto. Apenas eran una pocas líneas pero los detalles que se daban eran muy concretos.

El confidente señalaba en su declaración que la persona que encargó el asesinato medía alrededor de 1,70 metros, que era de complexión normal, que iba trajeado y que sufría estrabismo. Cano aseguró que él no puede ser esa persona porque muchas de esas características no coinciden con su aspecto físico. En primer lugar, aseguró a la juez, porque su estatura es de 1,85 metros y aportó un certificado médico que así lo indicaba. En segundo, porque en agosto de 2007 su peso era de 125 kilos y por tanto su complexión era cualquier cosa menos normal. Para acreditarlo aportó otro certificado médico así como recortes de prensa de esa época en la que aparecían noticias ilustradas con su fotografía. Asimismo, también se encargó de recordar que le gusta vestir de manera informal y que rara vez lleva traje. Sólo para actos institucionales en los que representa al Ayuntamiento polopino, aseveró.

El testigo protegido da otros datos como que el presunto autor intelectual del crimen era una persona a la que le presentaron como un director de la CAM, entidad bancaria en la que Cano trabajó durante el tiempo que estuvo alejado de la política. Asimismo, también le identificó en las fotografías que le mostraron los agentes de la Guardia Civil.

En cualquier caso, Cano cuestionó las declaraciones del testigo protegido señalando que "probablemente actúa con el fin de obtener algún beneficio o para ocultar lo que realmente sabe sobre el asesinato", según recalcó el martes en su declaración judicial. "Por lo que dice parece que eso de matar gente es algo que ya ha hecho antes", agregó.

En parecidos términos se refiere también Juan Cano a otro de los imputados en el caso, Raúl Montero Trevejo. Este último fue el primero de los siete detenidos por su presunta implicación con el asesinato. En concreto se le acusa de ser uno de los tres autores materiales de la ejecución. Aunque Montero tampoco ha reconocido su implicación en este crimen, en su declaración judicial aseguró que había visto a Juan Cano en compañía de otros políticos de la comarca con frecuencia en los reservados del Club Mesalina durante el mes de agosto de 2007, fecha en las que presuntamente se celebraron las reuniones para encargar el asesinato.

Aquí Cano respondió también con ironía al incidir en el hecho de que Montero le ha identificado justo cuando acaba de cerrar un pacto por el que logró rebajar los diez a seis años la cárcel que le pedía la Fiscalía por tráfico de drogas y armas. Considera que éste también le ha señalado con el objetivo de sacar algún beneficio o que intente ocultar lo que pueda saber del asesinato.

El ex alcalde Polop también cuestionó en el interrogatorio las declaraciones de otras mujeres y empleados del club que le identificaron como un cliente habitual del local. Cano señaló que la Guardia Civil actuó de manera tendenciosa cuando mostraron las fotos para que le identificaran e incidió en que algunas de las mujeres interrogadas ni siquiera firmaron después su declaración.