El debate sobre la reforma educativa en España sumó ayer una nueva voz. Los nueve obispos de la provincia eclesiástica valentina manifestaron ayer que la Iglesia Católica "no puede renunciar a su proyecto evangelizador en la escuela pública". En una reunión celebrada en Valencia, los prelados hicieron un llamamiento a los padres y los profesores y les instaron a "ejercer su responsabilidad en ese mismo proyecto". La justificación que esgrimen los obispos para su cruzada en las aulas es simple: "el derecho irrenunciable a la libertad de enseñanza" en centros públicos, privados y concertados.

Precisamente la evangelización fue el barniz que impregnó otro de los grandes temas tratados. Los obispos de las tres diócesis valencianas, las tres del archipiélago balear y el prelado de Tortosa recalcaron que Cáritas -que ha aumentado su ayuda a raíz de la crisis- "no es una ONG más, sino que sus proyectos son de la misma Iglesia", lo que implica que "los voluntarios y personal de Cáritas se convierten en agentes de evangelización tanto en los niveles parroquiales como diocesanos", según el secretario de la provincia eclesiástica y obispo de Menorca, Salvador Giménez.

Respecto a la crisis económica y su gestión política no hubo declaraciones polémicas que secundaran las del cardenal Rouco. Tampoco se trató -según fuentes eclesiásticas- la elaboración del misal en valenciano el mismo día en que la Conferencia Episcopal Española pedía que la Iglesia fuera "más comunicativa" en su acción pastoral, aludiendo al uso de "nuevas tecnologías".