Maite Ducajú

¿Escola Valenciana se siente ninguneada por el Consell?

Creo que ahora mucho más. Escola Valenciana, después de 25 años, tiene un prestigio adquirido en la sociedad, un espacio creado en base al esfuerzo de la gente de las comarcas y de otras personas que suman. Supone cierta oposición hacia la Administración y, en concreto, la educativa. Estamos en las plataformas más reivindicativas. Continuamos siendo, no digo ninguneados, pero sí apartados de aspectos de decisión y de la política del día a día. Tanto el conseller Font de Mora como el presidente Camps saben lo que es Escola Valenciana y dónde se sitúa.

Y ¿dónde se sitúa?

Al lado de la la normalización del valenciano, de la reivindicación y de la defensa de un sistema educativo que tenga como centro de proyección de futuro el valenciano, junto a la defensa de la escuela pública, de la participación y autonomía de los centros, de la democratización de la vida pública. Los paradigmas democráticos pensamos que no se ven reflejados en la política valenciana actual. Nos situamos no enfrente de la Administración pero sí luchando contra una Administración que ningunea esa visión más democrática y participativa.

¿Por qué su organización no tiene representantes en el Consejo Escolar?

No estamos porque, según el conseller y la visión administrativa, no somos un sector representativo. Nadie nos vota ni delega en nosotros, pero hemos demostrado, a lo largo de los años, que somos de los sectores más participativos en la vida valenciana. Hemos intentado colaborar, dar iniciativas. Tenemos una experiencia que se debería tener en cuenta. Pero no nos preocupa mientras haya gente que identifique a Escola como movimiento cívico que defiende el valenciano, en todos los ámbitos, no sólo el educativo, y que sabe cómo contactar con nosotros para defender esos derechos.

¿Muchos cambios desde que hace 25 años arrancaron las "trobades"?

En Escola Valenciana, después de 25 años de "trobades", ha cambiado algo muy importante: de lo que surgió, en un principio, como defensa de un modelo educativo, como promoción para que la gente se matriculara en la escuela en valenciano, se ha pasado a reivindicar que ese esfuerzo tenga continuidad en el resto de la sociedad. Ahora estamos preocupados por la enseñanza en valenciano, pero también por su uso social. En estos momentos es la piedra de toque más importante que tenemos en cuanto a la normalización de nuestra lengua. Conseguir que haya ámbitos de uso social de nuestra lengua (ocio, tempo libre, relaciones, medios de comunicación, ámbitos públicos) y avanzar en otros sectores. Estamos en hacer cumplir la Llei d'Ús

¿Qué novedades habrá para las "trobades" 2010?

Han ido evolucionando en positivo. Se ha evolucionado de 4.000 personas a más de 200.000. Es un éxito. Las "trobades" refleja, de alguna forma, la autoestima por nuestra lengua, es el antídoto contra el pasotismo y el "meninfotisme" valenciano. Se realizan con mucha normalidad y los ayuntamientos de cualquier color político las quieren hacer.

¿El lema de esta ocasión?

"Tu tens la clau". La celebración de las "trobades" tiene como punto de partida la Nit de Escola. Las 23 "trobades" las haremos a lo largo de la primavera, del 27 de marzo a junio, recorriendo todas las comarcas, y finalizaremos con la celebración de los 25 años con una macrofiesta el Nou d'Octubre en la ciudad de Valencia. Revindicaremos este día como "diada" de todos los valencianos porque se ha perdido esa visión de normalidad para todos, se ha hecho muy institucional y debe recuperar el carácter festivo de la identidad valenciana. Festivo y reivindicativo.

¿Cuál es el problema de los valencianos con el valenciano?

Hace unos años, 25 podíamos hablar de una visión de autoodio, de necesidad de superar ese tema de que el valenciano pudiera pasar de lengua del hogar, la familia, a ser lengua vehicular. Hablábamos del "tío Canya". Ese problema creo que se ha superado, hay cierta visión de normalidad de poder hablar en valenciano. Hay una aceptación de la diversidad y del enriquecimiento que supone el valenciano. Lo que pasa es que no podemos consentir que aún se vulneren los derechos lingüísticos que tenemos los valencianos de expresarse en su lengua propia y una lengua que es reconocida por la ley. El problema no es ahora si valenciano o catalán, es un problema de uso social. El debate del origen de la lengua está superado, porque hay resoluciones científicas que lo dicen. Es necesario reconocer esa visión con normalidad, lo que pasa es que no podemos esconder que se ha utilizado la lengua como arma electoral, de recogida de votos. Y en algunos partidos, continuan usándola. No debería ser así, se debería considerar la lengua con visión de unidad de todos los valencianos.

¿Cuál es su opinión sobre el incumplimiento de la conselleria de veinte sentencias a favor de la Filología Catalana?

El problema no es de la ciudadanía, es de una política lingüística que no ha estado presente, que no hemos tenido en el Pais Valencià en estos 25 años. Una política prácticamente inexistente.

Ustedes defienden el paso del bilingüismo al trilingüismo.

Hace falta avanzar desde la visión de la globalización y avanzar del bilingüismo hacia el polilingüismo. Pero hay que hacer las cosas de forma planificada, consensuada, que se pueda evaluar, lo que no podemos es inventarnos cosas por que sí. Para ser trilingües hay que ser antes bilingües, y el punto de partida debe ser el valenciano. El valenciano abre las puertas a todas las lenguas.

¿Hasta cuando continuará al frente de Escola?

Llevo ocho años. El compromiso, aprobado por la asamblea de Escola Valenciana, es que al finalizar los actos de los 25 años en octubre habrá un relevo en la presidencia.