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Expertos internacionales en inmigración advirtieron ayer en Valencia que sin reagrupación familiar, el derecho a que los trabajadores extranjeros puedan reunirse con su cónyuges y sus hijos en su país de acogida, es imposible la integración social. Ésta fue una de las conclusiones del cuarto simposio sobre Inmigración y Derechos Humanos organizado por la Fundación Ciudadanía y Valores (Funciva).

En él participó el ex subsecretario del Departamento de Seguridad Nacional de EE UU para Asuntos Internacionales, Crescencio Arcos, quien abordó la situación de la comunidad inmigrante de su país, donde viven 12 millones de indocumentados, la mayoría de ellos hispanos. Arcos, que abogó por la regularización de dichos inmigrantes y su derecho a la reagrupación familiar, alertó del temor a que el eterno debate de la reforma de la legislación migratoria postergado por Bush y ahora por Obama, se convierta en una cuestión "antilatina". "No se debe manejar el discurso público en contra de los hispanos y que eso se convierta en una campaña racista de anglosajones abrumados por la gran cantidad de hispanos".

En cuanto a la situación en Europa, Arcos aseguró que España "ha hecho mejor que nadie la integración de los inmigrantes islámicos, al ser más tolerante que países como Francia y, en especial, Alemania". "A ver si no cómo se explica que en ese país haya tres generaciones de turcos que no hablan otra lengua que el alemán y no sean alemanes. ¡Eso es una injusticia!". "Esos jovenes, que se sienten marginados, serán reclutados más facilmente por los islamistas", advirtió.

Otro de los participantes, Alfonso Aguilar, ex director de la Oficina del Ciudadano de EE UU en la época de Bush, destacó que "hay que sacar a esos 12 millones de "ilegales" de las sombras". "La realidad que, aún a pesar de la recesión, EE UU necesita de trabajadores extranjeros, y no debe temer que la legalización de los indocumentados conlleve más inmigrantes con la reagrupación familiar, porque la verdad es que los necesitamos ya que ocupan trabajos que los americanos no quieren o no hay suficiente población para atenderlos".

Cohesión social y política en riesgo

En cuanto a la situación en España, Aguilar, opina que "la integración tiene que ir más allá de meramente darles servicios sociales a los inmigrantes. Es importante que ellos se sientan parte de la comunidad política. La cohesión social y política del país está en riesgo si esas personas no se incorporan plenamente y se sienten parte de la comunidad, si se sienten españoles".

"En una sociedad cada vez más multicultural -prosigue-, debemos crear un modelo que permita la integración política de los inmigrantes, que puedan preservar su cultura, sus tradiciones y su religión, pero que al mismo tiempo se sientan parte de la comunidad política". En ese sentido, concluyó, "debo aplaudir los esfuerzos de la Generalitat Valenciana por su avanzado programa de integración y su campaña de Educación para la Ciudadana dirigida a inmigrantes".

Por otro lado, el Consell anunció ayer la constitución del Observatorio Valenciano de la Inmigración, que se encargará de investigar los flujos migratorios de la C. Valenciana.