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O la plaza de toros entera fue declarada zona VIP por el presidente de la diputación, Alfonso Rus, o la empresa que gestionó la barra libre para la gente guapa invitada al concurso de DJ´s de «Sona la dipu» hizo su agosto la noche del 4 de marzo. La corporación provincial pagó 6.999,94 euros a Empresariales Milán SL por el servicio de «cóctel y barra libre» —es el concepto que aparece en la factura— que dispensó en el festival musical para jóvenes que abría la serie de discomóviles que se pasearán por municipios de la provincia con cargo a la diputación. El precio resulta, según fuentes consultadas en el sector, desorbitado.

Por poner un ejemplo, una sala de fiestas de l´Horta , que organiza celebraciones sociales, cobra 12,5 euros por invitado por una barra libre hasta las seis de la madrugada en una boda. Y encima incluye un resopón ligero. La tarifa en otro restaurante también consultado por este diario es de 10 euros. La factura pagada por Rus daría cobertura a entre 560 y 700 invitados si se aplican esas tarifas.

En el área VIP de ese sarao musical no faltó de nada. La decoración, iluminación, manteles, «pulseras VIP», costaron unos 5.000 euros, sin contar el servicio de catering, que lo hubo. El trato lo cerró precisamente el jefe de protocolo, Rafael Betoret, quien recibió trajes regalados por Orange Market y otras dos firmas de la red Gürtel, al igual que el presidente Camps, el ex vicepresidente Víctor Campos y Ricardo Costa, ex secretario general del PP.

No es el único punto que evoca, desde ese evento musical, el mayor escándalo de presunta corrupción que ha azotado al PPCV desde el caso Naseiro. En la plaza de toros, puede incluso que en esa zona VIP, recibió Alfonso Rus a su vicepresidente Máximo Caturla y al diputado de Cultura, Salvador Enguix, al rato de asistir estos dos a la inauguración de la muestra de fotoperiodismo «Fragments d´un any» en el MuVIM. Caturla, Enguix y Rus resolvieron castrar la exposición montada por la Unió de Periodistes, de la que descolgaron unas cuantas fotos relacionadas con el caso Gürtel. La medida desencadenó la dimisión del director del museo, Román de la Calle, y el escándalo posterior.

Por explotar las barras instaladas para atender al público en general —5.200 asistentes— la empresa A Ciencia Cierta pagó 1.800 euros a la diputación. La diputación fijó como canon el 30% de lo que se recaudara y se determinó que cada asistente consumiría un euro como media. Fue el curioso sistema con el que el área provincial de Juventud, que dirige el diputado Miguel Bailach, determinó el precio.

La firma Tratos Producciones cobró 17.400 euros por coordinar un montaje que presupuestó en 45.654 euros, si bien hubo sobrecostes, según se desprende de algunas de las facturas cobradas por empresas que participaron en el evento.

La sesión costó 258.000 mientras el Mimed de Mislata salió por 158.000

La sesión de baile, al ritmo de la música que pincharon Todd Terry y Roger Sánchez, en la plaza de toros de Valencia costó 258.000 euros a las arcas de la Diputación de Valencia. Entre el caché de los artistas, los gastos de producción musical del evento, la barra libre en la zona VIP y las cuñas radiofónicas para publicitar el acto, mayoritariamente en radios piratas, se alcanzó esa cantidad, como ya contó en este diario. Por hacer una comparación, el festival Mimed de Mislata costó en su edición de 2008 exactamente 158.071 euros. Dura dos días y en ese precio se incluye el caché de las siete bandas que actuaron el año pasado: The Pippettes (34.800 euros), The Bellray´s (11.600), La Casa Azul (13.920), Love of Lesbian (6.960), Señor Chinarro (6.960), Megaphone ou la Mort (580) y Senyor i el Cor Brutal (580). f. a. valencia