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El ataque es la mejor defensa y ayer, en medio de las críticas en privado de numerosos dirigentes del PP, el conseller y portavoz popular en las Corts, Rafael Blasco, intentó reconducir sus declaraciones en las que instó a su partido a pedir "disculpas" por el caso Gürtel arremetiendo contra los socialistas. Un día después de practicar la autocrítica e incluso considerar que el PP debía haber dado "alguna explicación más", unas declaraciones que han escocido en la dirección regional y en miembros del Ejecutivo autonómico, Blasco proclamó que los populares han podido "cometer algunos errores" e incluso en alguna cuestión han podido "no estar adecuadamente claros", pero no tienen "que pedir perdón de nada".

A su juicio, "si alguien tiene que pedir disculpas", que además se reflejaran en dimisiones, es el PSPV y sus máximos dirigentes, Ángel Luna y Jorge Alarte, porque están desde hace más de un año "en una campaña de difamación contra el PP sin probar absolutamente nada de las calumnias que han vertido" y por el uso de un informe policial que estaba bajo secreto sumarial.

"Luna no acaba de portavoz"

La misma línea argumental siguió Blasco en la reunión del grupo previa al pleno: No tenemos de qué avergonzarnos de nada; al contrario, hay que estar orgullosos de lo realizado, y ataque al PSPV, resumieron varios de los asistentes. También reiteró que el 12 de mayo -día en que el Supremo decidirá si devuelve a Valencia la causa de los trajes- no pasará nada y no habrá elecciones anticipadas. Blasco no aludió a su petición de disculpas y sólo al final invitó a sus diputados a pronunciarse sobre las declaraciones suyas del martes. Nadie intervino y el grupo cerró la reunión con aplausos, indicaron algunas fuentes. El portavoz avanzó a sus diputados lo que, dijo, es una "primicia": "Luna no acabará la legislatura como portavoz socialista". No aclaró nada más. Fuentes del entorno apuntaron que la frase estaría relacionada con la denuncia presentada contra Luna por el informe policial y, en concreto, sobre la posibilidad de que la fiscalía lo cite. Una eventual imputación llevaría al PP a reclamar su dimisión.

El entorno del conseller rechazó ayer que éste rectificara sus declaraciones del día anterior con el argumento de que él habló de "disculpas" y no de "perdón". "Disculpas se piden cuando cometes un error y perdón, cuando es una falta", indicaron. Pero el tono de sus palabras fue muy diferente. Mientras en el entorno de Blasco y en Presidencia se aseguraba que Blasco "no va por libre" y que sus actuación cuenta con el aval de Camps, dirigentes del PP y miembros del Ejecutivo rezumaban malestar por todos los poros. A juicio de estos cargos, el portavoz ha roto la estrategia del partido desde el primer momento, basada en que no ha habido ninguna irregularidad en la actuación del Consell y el PP. Alguno hasta especuló con la posibilidad de que Blasco, "al igual que hizo con Zaplana", esté ya desmarcándose de Camps para situarse de cara al futuro. Recordaban una entrevista en la que el conseller aseveró que el presidente de la Generalitat debía ser también el líder del partido.

"El primero en salir del barco"

En esa línea, Ángel Luna manifestó que las declaraciones de Blasco revelan que las cosas "empiezan a no ir demasiado bien para el PP en la Comunitat porque el primero que avisa de estas cosas ya lo ha avisado y no pierde nunca". Tras subrayar que el conseller "es el primero que rompe la estrategia" de Camps, añadió que no le "extraña" porque es "experto en atisbar el horizonte antes que nadie, ya lo hizo con Zaplana; es el primero que salta del barco". Luna se sorprendió de que Blasco hable de que hay que dar explicaciones y luego vete iniciativas de la oposición para que el Consell las dé en las Corts, y recordó que él "es el protagonista del primer contrato que Orange Market hace en la Comunitat, el de Vaersa".