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Los volcanes valencianos duermen

El Cerro de Agrás, de 500 metros de altitud, más conocido como El Volcán de Cofrentes, fue explotado en los años ochenta por la cementera Asland

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Así es el cráter del volcán de Cofrentes

Hace ocho millones de años, mucho antes de que el primer homínido anduviera a dos patas sobre la tierra y eones antes que miles de aviones se quedaran en tierra por las cenizas de un volcán islandés, el magma se abrió paso en la corteza terrestre en un lugar próximo a Picassent y provocó la primera erupción volcánica conocida en la Comunitat Valenciana.

Junto al volcán de Picassent, imperceptible para el ojo humano y reconvertido hace unas décadas en una nivelada y pulcra finca de cítricos, es en el Valle de Cofrentes y en las islas Columbretes donde más visibles son los restos del vulcanismo valenciano, con "edades" que oscilan entre 8 millones y los 300.000 años que algunos estudios atribuyen al volcán de la Illa Grossa.

Un volcán se considera activo si en los últimos 10.000 años registró alguna erupción. El resto sólo están "dormidos". En su día el magma aprovechó una fisura o una falla para salir a la superficie y puede volver a a hacerlo, según los expertos, aunque es más probable que lo haga a través de las vías que permanecen abiertas como la del Eyjafjalla, que sólo llevaba 200 años tranquilo.

Investigación en Cofrentes

El Cerro de Agrás, de 500 metros de altitud, más conocido como El Volcán de Cofrentes, fue explotado en los años ochenta por la cementera Asland, que provocó con sus extracciones la práctica desaparición del cono volcánico mientras unos pocos investigadores reclamaban sin éxito la protección del paraje.

Dos científicos, Sáez Ridruejo y López Marinas, investigaron en 1975 el volcán -que aflora también en el cerro del castillo y en el Pico del Fraile- con motivo de los estudios realizados para validar el emplazamiento de la central nuclear de Cofrentes. Había que descartar una erupción que pusiera en peligro la instalación.

Eumidio Ancoechea, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid y una de las figuras claves del vulcanismo español, asegura en uno de sus trabajos que las rocas volcánicas de Cofrentes son bajas en contenido de potasio, por lo que la precisión del método empleado en la datación del volcán de Cofrentes en 1975 "es escasa".

Las muestras de Cofrentes fueron enviadas a la Universidad de Coimbra y a Kruger Enterprises, en Estados Unidos. Las "edades" obtenidas en los dos laboratorios, con muestras diferentes, es también distinta y oscilan entre un millón de años y 2,6 millones.

Ancoechea sostiene que la actividad volcánica en Cofrentes no se prolongó durante mucho tiempo ni tuvo distintas fases. El investigador apuesta por una edad entre 1 y 2,6 millones de años con un valor medio de 1,8.

De Picassent no hubo datos hasta una edad reciente, aunque ahora puede afirmarse con cierta certeza que la última gran erupción del volcán fue en el Tortoniense medio, año arriba o abajo, hace 8 millones de años. Quizá por eso apenas queda el menor rastro, ni siquiera desde el aire, de lo que debió de ser en su día un cono volcánico perfectamente delimitado.

Según este autor, en el Golfo de Valencia "son frecuentes" las referencias a la existencia de rocas volcánicas que, sin embargo, solo afloran en Columbretes, en cuya Illa Grossa todavía es perceptible la figura del cráter volcánico. Los numerosos sondeos petrolíferos realizados en la zona permiten conocer la extensión de la zona volcánica- en el gráfico-, cuya amplitud ha sido confirmada también por métodos geofísicos.

Según los investigadores, los volcanes de las Columbretes serían "los más jóvenes" entre los volcanes valencianos, aunque con una edad, también "venerable" de entre 300.000 y un millón de años.

Sin embargo, no parece que los volcanes valencianos hayan dicho su última palabra. En 2007, un buque fletado por el CSIC descubrió dos pequeños volcanes justo frente a la costa de Valencia.

La "Pedra negra" fue el volcán de Picassent

El afloramiento volcánico de Cofrentes es conocido desde principios de siglo (1907) y ha estado asociado siempre al manantial-balneario de Hervideros, donde los gases volcánicos hacen que el agua brote como si estuviera en ebullición. Sin embargo, las noticias sobre el volcán de Picassent son mucho más recientes (1950). Todavía hoy, casi nadie sabe que Picassent alberga un volcán sobre el que la única pista es un topónimo: "Pedra negra" y una cierta leyenda sobre labradores que se "hundían" cuando labraban la zona ocupada hoy por miles de naranjos. Existen otras zonas donde hay trazas volcánicas-sedimentos- y también leyendas, como la del monte cónico de la ermita de Santa Ana, en Cárcer, donde la tradición popular sitúa un volcán.

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