Educación

El síndrome del profesor quemado causa 500 bajas en un trimestre

El 16 por ciento de los partes por enfermedad de los enseñantes se debe a problemas mentales - Las dolencias respiratorias y las musculares son las que más afectan al colectivo docente

maite ducajú valencia

De poco le sirve al profesorado ser el colectivo de profesionales con más tiempo de descanso, contar con una retribución adecuada o herramientas de formación, muchos de lo funcionarios de los cuerpos docentes no se sienten a gusto en su trabajo lo que les provoca los síntomas del "síndrome del quemado" o "burn-out". Así se refleja en el resumen estadístico de la dirección territorial de Educación de la provincia de Valencia, con 523 enseñantes que han tenido baja por alguna enfermedad mental a lo largo del segundo trimestre del actual curso 2009-10.

No obstante, no son estas enfermedades las que más afectan al profesorado valenciano. En este último trimestre (enero, febrero y marzo) se han registrado 823 bajas por problemas respiratorios -similar a otros cursos en donde no estaba la sombra de la Gripe A- y otras 804 por dolencias oseomusculares/conectivas, a las que les siguen las mentales. Estas tres representan el 60 por ciento de los partes por enfermedades de los profesores de la provincia de Valencia. Un colectivo integrado por 10.8000 maestros de Primaria y 13.000 enseñantes de Secundaria o Formación Profesional, según datos facilitados ayer por la organización Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF).

Menor incidencia tienen los accidentes y traumatismos (334 bajas); los embarazos y partos (252) y los problemas digestivos (213). Muchas menos bajas se dan por las molestias endocrinas (32), las dermatológicas (30) o las derivadas de la sangre (5). En total, 3.844 bajas en este periodo, de las cuales 1.058 procedían del trimestre anterior.

Sobre el "importante número de bajas relacionadas con los problemas de salud mental", CSIF hace especial hincapié ya que suponen el 13 por ciento del total de partes. "Suelen deberse al estrés, fatiga mental o, también, el llamado síndrome del quemado, una enfermedad psicológica que entre el personal docente se multiplica por cuatro" respecto a otras profesiones, destacaron ayer.

El presidente de Educación del sindicato, Miquel Cerdán, indicó a Levante-EMV que "una cosa es tener mucha vocación, pero luego la realidad en las aulas es otra, sobre todo por los problemas de indisciplina que son los que suelen provocar esta situación. Más de un profesor sale de clase llorando".

Según recordó, el Informe Talis, publicado por la OCDE, remarca que el 16% del periodo lectivo se lo pasa el docente poniendo orden en clase". Además, uno de cada tres profesores tiene riesgo de sufrir enfermedades psicológicas.

Sin embargo, aseguran que se ha percibido un descenso progresivo en estas bajas, que el sindicato achaca al reciente Decreto de Convivencia de la Conselleria de Educación. "Es una medida que irá funcionando mejor", apuntan.

Las causas de los problemas mentales de los docentes se deben a cuestiones como: "falta de tiempo para preparar las clases, corrección de exámenes, altas ratios de alumnos por aula, falta de respeto hacia los profesores o la baja consideración social a la profesión docente" aseguran en CSIF, según la opinión de los expertos.

En un análisis distinto, esta vez del sindicato ANPE, con datos de su "Defensor al profesor valenciano", en el curso 2008-09 ninguno mostró intención de abandonar la profesión aunque, de los 143 casos atendidos casi un 50% dijo tener problemas para dar clase.

"Aunque las conductas que deterioran gravemente la convivencia en los centros de nuestra comunidad son aisladas, no es menos cierto que cada día son mayores las conductas disruptivas que impiden el normal desarrollo de las clases. Éstas generan mucho estrés en el profesorado", indicaron en ANPE para quienes nuevas herramientas como la informática, en ocasiones, son un doble problema: como vía para el acoso al docente y por la falta de habilidad ante el ordenador de algunos de ellos frente a sus alumnos.

Micrófonos para la voz y contracciones en la espalda por estrés

Uno de los mayores problemas de salud que sufre el profesorado en el aula está directamente relacionado con su profesión. Las dolencias en la garganta, como las afonías, son provocadas unas veces por no saber impostar bien la voz y, otras, por la acústica de las aulas.

"Sería importante facilitar micrófonos a los profesores que presenten síntomas de enfermedad para evitar que fuercen la voz" recomienda CSIF que, también, sugiere a la Conselleria de Educación cuidar la acústica de las aulas en los proyectos de nueva construcción.

En cuanto a los problemas musculares, apuntan al dolor de espalda como la afección que más prevalece en la sociedad. En el caso del personal docente, consideran "agravante los esfuerzos psíquicos mantenidos que desembocan en estados de ansiedad y estrés y en trastornos psicosomáticos que conllevan a la contracción muscular".

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