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Cáritas Diocesana de Valencia atendió durante 2009 a 54.002 personas, un 31% más que el año anterior. Los responsables de la entidad explicaron que el 41% de los beneficiarios -entre los inmigrantes y los españoles- son personas que hasta ahora no habían tenido que recurrir a la caridad para subsistir. La organización, que ayer presentó su memoria anual, lamentó que se está retrasando el pago de las ayudas que les concede la Administración. Algunas subvenciones acumulan una demora de un año.

La directora de Cáritas Diocesana de Valencia, Concepción Guillén, expresó su preocupación por el recorte de la protección social porque "es imposible cubrir las necesidades de cada vez más personas". Guillén recordó que la falta de empleo provoca que muchas familias inicien "el camino de la pobreza severa y de la exclusión".

La directora de Acción Social de Cáritas, Amparo Moreno, precisó que en cinco años ha crecido un 75% el total de personas atendidas. El número de españoles que ha pedido ayuda tras haber agotado sus ahorros y el resto de recursos sociales ha aumentado un 54% en el último año.

Los portavoces de la entidad admitieron que a finales de 2009 estaban "asustados" porque prácticamente no les quedaba dinero y tenían una avalancha de peticiones Sin embargo, Cáritas puso en marcha una campaña de concienciación como respuesta a la crisis, que dio "muy buenos resultados". En concreto, el presupuesto del año pasado ascendió a 3,5 millones de euros y gracias a la campaña especial reunieron 810.000 euros en donativos extraordinarios.

El coordinador de Acción Social, Vicent Andrés, insistió en que la crisis "llega cada vez a más personas" que necesitan ayuda para adquirir alimentos y pagar el alquiler de la vivienda o los recibos de agua, luz y gas. Andrés recordó que Cáritas sólo puede dar una "cobertura mínima" y puso como ejemplo que normalmente conceden dinero para un mes de alquiler.

Cerca de un 80% de los atendidos en 2009 recibieron prestaciones directas en los servicios de acogida de las Cáritas parroquiales para hacer frente a necesidades básicas. El 20% restante fue atendido en los programas de Cáritas Diocesana para enfermos de sida, inmigrantes sin recursos, niños de familias desestructuradas, mujeres en riesgo de exclusión social o personas sin hogar.