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En Valencia, la mayoría de trabajos de ingeniería civil y edificación que requieren una excavación profunda exigen complejos trabajos, bien para rebajar temporalmente el nivel freático y poder realizar la excavación de los cimientos o para la construcción de barreras físicas dentro del acuífero que confinen y protejan la construcción.

"A veces es necesario una suma de ambas tecnologías", según explican en Perforaciones e Instalaciones Ferrer, una de las empresas especializadas en la realización de estos trabajos que opera en Valencia desde 1916.

Su especialidad es "aislar" del acuífero la zona donde se tiene que producir la excavación durante semanas o meses. Para ello hacen un estudio previo de la composición del terreno y aplican la experiencia acumulada en varias generaciones para elegir la mejor tecnología disponible. Con la inundación bajo control, entregan el testigo a arquitectos e ingenieros.

Valencia es una buena ciudad para aprender el oficio. Prácticamente todas las grandes obras públicas que se ejecutan tienen que lidiar con el problema del nivel freático y una buena prueba de ello es que la ciudad es una de las pocas que posee una normativa específica sobre "Autorización de vertidos a la red de alcantarillado de las aguas procedentes del nivel freático como consecuencia de las obras de edificación".

El centro comercial Arena, recientemente inaugurado, se construyó sobre 15.000 metros cuadrados de superficie y con cuatro plantas de garajes con el apantallamiento diseñado por Ferrer. Hubo que excavar hasta 32 metros de profundidad y situar por debajo el nivel del acuífero en un lugar en el que los estudios previos fijaban el nivel freático a -7,75 metros.

El análisis previo del subsuelo halló "una zona mixta marino continental-común a casi toda Valencia- formada por arenas, gravas, arcillas orgánicas y limos, de características típicamente deltáicas que se han formado por las aportaciones del río Turia y por depósitos marinos de limosas y gravas". Dicho de otro modo, Orriols también es el Turia y entre sus depósitos acumulados durante siglos todavía circula el agua. Hubo que excavar 24 pozos rodeando la parcela para sacar el agua que hubiera hecho imposible la construcción.