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La víspera de que el Tribunal Supremo decidió la suerte judicial del presidente Camps, el socialista Jorge Alarte presentó, ante representantes de empresarios, sindicatos y expertos en economía, su plan de cincuenta medidas para sanear y reformar la economía valenciana sobre la base de la austeridad. Ayer, la víspera de la huelga convocada en la función pública, Alarte proclamó con solemnidad de estadista la urgencia de firmar con el Consell y el PP, e invitar después al resto de fuerzas políticas, unos Pactos de la Moncloa a la valenciana que sirvan de electroshock para una economía que está en coma, pero también para asentar "un marco institucional estable".

El líder socialista no orilló la denuncia Gürtel, pero subrayó que es tal la gravedad de la situación que ni siquiera un presidente que debería "haberse ido", que tiene "fecha de caducidad", que no está "en condiciones de liderar nada", que "no nos merecemos" y que preside el Consell con más "parálisis" en los 30 años del autogobierno, justifica una actitud contraria a colaborar. El paro está por encima de la media y la renta per cápita o las exportaciones caen. Por "sentido de la responsabilidad", el dirigente socialista trasladó ayer al Consell y al PP su "disposición al diálogo y a arrimar el hombro" ofreciendo un gran pacto para 10 años que garantice la "estabilidad presupuestaria y financiera". La propuesta se la remitirá por escrito a Camps, al que esta vez ya no le pide una entrevista porque no le reconoce autoridad ni futuro, y a las Corts.

"Yo no soy como Rajoy"

Como base para el acuerdo, Alarte echó mano de su propio "Programa para el saneamiento y la reforma de la economía valenciana", nombre calcado, salvo el apellido valenciana, a los acuerdos que en octubre de 1977 suscribieron las fuerzas políticas españolas para hacer frente a la inestabilidad política y económica, con unas galopantes cifras de paro e inflación.

El pacto que sugiere Alarte se cimentaría en la promoción de "la competitividad, el saneamiento de las cuentas públicas y la la austeridad, un marco institucional estable, el valor añadido y un nuevo urbanismo". Defendió una solución a la bolsa de viviendas sin vender, "al Plan Rabasa, los PGOU de Manises o Catarroja", según desgranó. El acuerdo sería perfilado por PP y PSPV, explicó, en una comisión de trabajo para la que los socialistas ya tiene a sus representantes: Alejandro Soler, Ángel Luna, Cristina Moreno, Josep Mª Àngel y Joan Calabuig. Explicó su propuesta tras evocar el plan de ahorro de David Cameron y subrayar que el mundo no será lo mismo tras el golpe al capitalismo financiero. Hay que actuar, dijo, porque "tengo la firme vocación de no ser como Rajoy"."No queremos cimentar nuestra victoria en que a los valencianos cada día les vaya peor", apuntó.