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La Guardia Civil analiza cómo adaptar los aviones espía al control de pateras. Según recoge una respuesta parlamentaria del Gobierno en el Congreso, a la que ha tenido acceso Levante-EMV, las misiones de los aparatos no tripulados serían "apoyar el servicio de vigilancia de fronteras marítimas, el control de la inmigración irregular y la lucha contra el tráfico de drogas". La tecnología militar permite seguir a los barcos durante más tiempo que la red de radares SIVE, que no ha dejado de tener problemas en la costa valenciana tras una inversión de más de doce millones de euros. El SIVE fue incapaz de detectar la semana pasada la última patera que llegó a Santa Pola con doce inmigrantes.

La Unión Europea ya pidió hace unos meses asesoramiento a fabricantes de armamento para saber si la tecnología que empleaban servía para controlar la llegada de inmigrantes. Frontex, la agencia europea para el control de fronteras, organizará un encuentro en España en el que varios fabricantes de aviones no tripulados presentarán sus productos.

La Guardia Civil no es el único organismo policial europeo interesado en recurrir a los aviones espía. La policía de Merseyside, un condado al norte de Inglaterra, anunció a principios de marzo que había sido la primera en utilizar esa tecnología. Los agentes usaron un mini-helicóptero de un metro de ancho con visión nocturna y una videocámara para vigilar lo que sucedía en tierra desde 500 metros de altura y llegaron a capturar a un ladrón, pero cancelaron el proyecto porque caería de cobertura legal.

El Gobierno de Estados Unidos ha autorizado desde el pasado 1 de junio que un avión no tripulado patrulle la frontera con México entre las regiones de Texas, El Paso y Arizona. Los aviones, controlados por radio desde su base, son capaces de volar a 460 kilómetros por hora durante más de 18 horas.

Interior consideraba hasta principios de año que el Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) era la panacea para detener la llegada de pateras y de traficantes a la C. Valenciana. La red de radares comenzó a operar en septiembre en Alicante y sólo detectó cuatro de las quince embarcaciones de inmigrantes y narcos que entraron por la Costa Blanca hasta Navidad. El problema, según admitió el propio Gobierno, se debe a que los radares del SIVE son incapaces de localizar pateras de menos de 5 metros. Además, la Guardia Civil ha acumulado una gran cantidad de bajas en el Servicio Marítimo.

El conseller de Gobernación, Serafín Castellano, reclamó ayer a Interior que "se deje de excusas" e invierta en la vigilancia de la costa. Castellano exigió el refuerzo del Servicio Marítimo y del SIVE. El litoral valenciano ha recibido desde 2007 una treintena de pateras con trescientos inmigrantes.