El apoyo que la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, está prestando al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, desde que estalló el escándalo Gürtel y que ha aumentado conforme se ha complicado la situación jurídica del jefe del Consell no ha sido sólo de puertas para fuera. Barberá también está teniendo un papel destacado, aunque discreto, en la misión de calmar los ánimos en el seno de los populares valencianos. De hecho, la alcaldesa mantuvo la semana pasada una comida con el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, en la que, según algunas fuentes, Barberá trató de contener los movimientos del barón provincial de cara a un posible relevo en la Generalitat. Las citadas fuentes indican que Barberá habría tratado de contener a Rus, quien no acaba de compartir la manera en que el presidente Camps está gestionando la crisis abierta por el escándalo Gürtel.

Sin embargo, fuentes del entorno del presidente del PP de la provincia de Valencia quitaron importancia a este encuentro "privado" con la alcaldesa de Valencia y lo enmarcaron en los contactos, que según dijeron, ambos mantienen de forma habitual para hablar de temas de partido. "Es lógico que hablen ya que Valencia es un plaza clave y depende de la dirección provincial", indicaron las citas fuentes. Además, añadieron que el presidente provincial ha sido también un puntal para Camps en sus momentos más difíciles y su apoyo al presidente es claro, por lo que Barberá y Rus compartirían por tanto hoja de ruta respecto al futuro del partido.

La reunión entre Rus y Barberá no deja de sorprender , ya que la relación entre ambos dirigentes dista mucho de ser estrecha. De hecho, Rus, que ha ido ganando poder en la provincia, es, en privado, uno de los máximos detractores de la figura de Barberá como posible sucesora de Camps en el Palau de la Generalitat, ya que con ella el amplio margen de maniobra con el que cuenta ahora no sería posible. Valencia, una plaza clave para la victoria popular es coto de Barberá. Ni la dirección provincial ni la regional tienen mucho que decir en lo que respecta al PP en la ciudad de Valencia, un férreo control que, nadie en el PP duda, Barberá exportaría, al menos al resto de la provincia, si se hiciera con el mando en el Consell.