El recorte del 33% en las ayudas públicas al valenciano y la minoración de subvenciones ya recortadas a la lengua; la exclusión del requisito lingüístico para ser funcionario; o el proyecto que prevé limitar a sólo dos las asignaturas que cursarían en valenciano los alumnos de Primaria no matriculados en la línea en valencià. Las tres decisiones, acompañadas de la ratificación de Rus en sus insultos a los profesores que usan el valenciano normativo, se han adoptado en los últimos 15 días. Pero ayer encontraron una respuesta crítica con hoja de ruta incluida.

Las plataformas más destacadas de apoyo al valenciano anunciaron ayer la puesta en marcha de una campaña frente a estos recortes económicos y "agresiones" a la lengua. ¿Por qué? "Porque ha llegado el momento de reaccionar", advirtió ayer el presidente de Escola Valenciana, Diego Gómez. La agenda era medio secreta, pero ayer quedó desvelada. A partir de septiembre, Escola Valenciana va a lanzar una campaña agresiva contra la política lingüística del Consell que denunciará sus incumplimientos con respecto a la Declaración d'Ares que la Generalitat aprobó en 2003 para potenciar el uso del valenciano. A esta campaña, "similar a la del 'Compromís pel valencià' de hace casi una década" según Diego Gómez, se espera la adhesión de una extensa red de colectivos y entidades.

La campaña reivindicativa será la antesala de una gran manifestación. Según adelantó ayer el presidente de Escola Valenciana, la Comissió 9 d'Octubre va a "reconvertir la manifestación identitaria del 9 d'Octubre en un acto monotemático vinculado a la defensa del valenciano". Todavía falta la aceptación definitiva de los integrantes de la comisión, pero -salvo sorpresas- los recortes y las agresiones recientes encontrarán ese día la respuesta en la calle de la sociedad civil. El acto se celebrará en Valencia y se antoja más abierto de lo habitual.

ACPV: "La crisis es una coartada"

La otra gran pata del valencianismo cívico, Acció Cultural del País Valencià, también exhibió ayer una respuesta airada a este cúmulo de "ataques" a la lengua a los que, según precisó la entidad, habría que añadir "el cierre de repetidores de TV3 y la falta de reconocimiento del título de Filología Catalana". El coordinador de Acció Cultural, Toni Gisbert, pidió "desmontar ya la coartada de la crisis porque, en realidad, la Generalitat está aprovechando la actual coyuntura para ejecutar un programa que va incorporado en el ADN del PP valenciano: acabar con la lengua y la cultura de los valencianos".

Según Gisbert, la respuesta no habría de limitarse a manifestaciones, panfletos y recogida de firmas. "La situación actual es de emergencia: una Generalitat hipotecada, un paro enorme, el presidente y parte de su gobierno imputados en corrupción, y ataques intolerables a la libertad de expresión, a la lengua y a la cultura", dijo. Por ello, afirma, es hora de crear "un frente político amplio de partidos, sindicatos y asociaciones para defender la lengua", así como armar "un frente jurídico para conseguir una respuesta en los tribunales" al incumplimiento de la Llei d'Ús i Ensenyament del Valencià.