La agencia de calificación crediticia Standard & Poors (S&P) anunció ayer la rebaja de la calificación de la Comunitad Valenciana de "AA-/A-1+" a "A+/A-1" a largo y corto plazo, respectivamente, con perspectiva "negativa", como consecuencia del "fuerte deterioro presupuestario ocurrido desde 2008", que hará que la deuda consolidada del sector público valenciano alcance, previsiblemente, el 170% de los ingresos corrientes a cierre de 2010. Según S&P, esta cifra se sitúa claramente por encima de la mediana del conjunto de entidades comparables a nivel europeo situadas en el nivel "AA-".

En un comunicado, señaló que la bajada está condicionada también a "un entorno económico recesivo, que está afectando a Valencia en mayor medida que a la mayor parte de sus homólogos españoles y, particularmente, europeos". En este sentido, considera que los resultados presupuestarios del año 2009 fueron "muy débiles", con un ahorro bruto negativo y un elevado déficit después de inversiones, que ascendió al 15% de los ingresos no financieros.

Además, estima que los resultados de 2010 serán "peores" por la bajada de los ingresos impositivos y del fondo de suficiencia, que "no se verán compensados por los fondos adicionales derivados de la reforma del sistema de financiación que la comunidad debe recibir este año del Gobierno, que ascienden a alrededor de 1.100 millones de euros".

La agencia apunta que, "pese a los ambiciosos recortes de gasto corriente ligados a las medidas de austeridad aprobadas por el Gobierno central y regional, la comunidad autónoma ha presupuestado unas inversiones récord para 2010", por lo que, en su opinión, "el déficit presupuestario alcanzará el 20% de los ingresos no financieros".

Para el período 2011-2012, S&P prevé un crecimiento del 3% de los ingresos y el escenario base asume que la Comunitat "logrará controlar el gasto corriente y sufrirá en este período muchas menos presiones demográficas", lo que hará que la región registre un ahorro bruto casi nulo en los dos próximos años.

Todo ello, combinado con un programa de inversiones "aún relevante, aunque menos voluminoso que en el pasado" derivará, para S&P, en un déficit después de inversiones alrededor del 10% de los ingresos no financieros, en línea con los objetivos presupuestarios establecidos por el Gobierno central.

Esta trayectoria presupuestaria supondría, en el escenario base, la elevación de la ratio de deuda consolidada total del sector público valenciano a alrededor del 185% de los ingresos corrientes estimados a cierre de 2012.

Ante esta situación, la agencia apunta que la calificación podría volver a "estable" si las medidas de control de gasto aprobadas "conducen a una mejora gradual del ahorro bruto y una vuelta escalonada al equilibrio presupuestario, de forma que el ratio de deuda se pudiesen estabilizar en 2012 y observásemos que el gobierno regional tiene voluntad del de conseguir una tendencia a la baja en los años subsiguientes".

Por el contrario, advierte que una bajada de la calificación sería "probable" si los déficits presupuestarios sobrepasan estas previsiones y "hacen que la deuda consolidada total del sector público valenciano alcance alrededor del 190-200% de los ingresos corrientes estimados para 2012, sin ninguna visibilidad de su estabilización en años posteriores".