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­Sin límite para el trabajo. Así es como ha vivido el doctor José Mir su carrera profesional. Su destreza quirúrgica e intuición para ser el primero en atreverse con un trasplante de hígado y su empatía hacia el enfermo le han convertido en un referente internacional. A punto de cumplir los 70 años y tener el reconocimiento de la Sociedad de Cirujanos de Chile y haber designado como profesional internacional del año 2005, acaba de ser reconocido con el premio Jaume I de Investigación Médica. En su haber, 1.720 trasplantes de hígado.

¿Se acuerda del primera operación que hizo?

¿La primera...? , ¿acordarme, acordarme...? Supongo que como todo el mundo que empezamos con los apéndices para romper mano.

¿Por qué estudio Medicina?, ¿era de los de vocación?

Pues no lo sé, porque no sabía dibujar y no me gustaban las matemáticas. Mi padre quería que fuera arquitecto y las dos cosas que se exigen yo no las tenía. Iba a Maristas y entonces todos los compañeros se hacían militares, médicos o abogados. Como yo había estudiado ciencias me tocaba ser médico. Eso fue.

Recuerda su formación

Antes de existir los MIR (médicos internos residentes, siglas que coinciden con su apellido) yo ya hice la residencia de cirugía en el Clínico con el profesor Carbonell; me pasé casi cuatro años viviendo allí, en el hospital, y llegué a pasarme tres meses menos un día sin salir a la puerta de la calle.

La profesión le enamoró

En lo que me meto me gusta. Cuando ahora me preguntan qué voy a hacer cuando me jubile, contesto: ´me queda todo por hacer´.

¿En cuantos hospitales ha trabajado?

En el Clínico, en el Sanjurjo que es actual Peset donde hacía urgencias y en La Fe, donde entré cuando se inauguró (1968) y operaba de todo.

Cuanto ha cambiado la cirugía en cincuenta años?

Ahora ves la maquinaria que tenemos y es increíble. Antes se diagnosticaba de otra manera, en la cabecera del enfermo, era otra forma de hacer medicina. Cuando lo has vivido todo es fundamental pasar por eso porque la gente de ahora a lo mejor no se ha enterado de lo de antes. Son diferentes formas de trabajar.

Tres semanas sin operar por una lesión en el dedo índice, ¿cómo lo lleva?

Nunca me he tomado un mes de vacaciones y este es el pasaje más largo que he tenido en mi vida sin operar.

¿Le echan de menos en el quirófano?

Están operando con los mismos resultados o mejores y eso si que es la mejor satisfacción que te pueden dar. Que me voy a ir y no se va a notar. Yo me dejaría operar por cualquiera del equipo.

¿Cuanto ha sido el máximo tiempo que ha estado operando?

Fue una resección de hígado, en el año 1991, pesaba el trozo que quitamos 4 kilos y estuve en quirófano desde las nueve de la mañana hasta las nueve de la noche y cambié varias veces de equipo de anestesia y enfermería porque la tensión y la adrenalina la tienes tú y eso te hace mantenerte. También recuerdo el primer trasplante (1991) que fue muy largo y el día que hicimos seis seguidos.

¿Cual es el secreto de hígado?

Que es un órgano que aguanta bien, que tiene mayor resistencia la rechazo que otros órganos pero que no debemos jugar con él, ni castigarlo, lo debemos cuidar porque fabrica todos los metabolitos y sustancias que tenemos en el organismo y depura todo los tóxicos en condiciones normales, si enferma falla por todos los lados.

¿Cómo empezó con los trasplantes?

Me fui a Paris a trabajar, a aprender el esófago y el estómago con Lortat-Jacob y allí ví que estaban muy avanzados en tratar todas las complicaciones de enfermedades de hígado, tanto en tumores como en hemorragias y cuando vine aquí era un campo totalmente en blanco, libre, no había nada y me daba pena que un chico de treinta y tantos años se muriera desangrado porque era cirrótico. Poco a poco me metí en ello. Empecé a trabajar sobre resecciones de hígado y con la cirugía de la hipertensión portal.

No estrenará la nueva Fe

Hoy más de lo que hay aquí, allí no lo vamos a tener, me refiero a infraestructura.

¿Qué va a hacer cuando se jubile el mes que viene?

Correr, leer, viajar por placer y dedicarme a la familia. Tengo tres hijos, cuatro nietos y uno en marcha y ya están pensando a qué colegios van a ir para que el abuelo Pepe los recoja.

Su mujer estará encantada

Ella es radiólogo y trabaja en el IVO. Tiene mucho más mérito que yo. Hizo enfermería. Mientras yo estaba trabajando como un loco, ella se dedicó a educar a los niños y juego dijo que quería estudiar Medicina. Acabó la carrera, hizo la especialidad y luego la tesis. Y está trabajando. Eso si que es mérito.

Y para coronar su carrera el premio Jaume I de Investigación Médica

Yo creo que no se puede llegar a más, por lo menos en mi caso.