El Ayuntamiento de Valencia sigue negociando una rebaja de los sueldos de la corporación municipal. Ayer se celebró una segunda reunión entre el equipo de gobierno y la oposición y no se llegó a ningún acuerdo sobre las cantidades. Todo lo que se acordó fue seguir negociando y no hacer declaraciones a la prensa para que no se conozcan los entresijos de esta aparentemente difícil negociación.

El primer contacto se produjo el lunes de la semana pasada, después de que la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP) decidiera sumarse a las tesis de la federación estatal, que recomienda reducir los sueldos entre un 0.25 y un 15 por ciento. Para los concejales, en concreto, habla de un 9% y para los asesores de un 8%.

Ese día el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Valencia, Alfonso Grau, telefoneó a la portavoz del Grupo Municipal Socialista, Carmen Alborch, para ponerse a negociar y tres días después se sentaron a la mesa, presentando propuestas por separado que tenían como referente la recomendación de la FVMP. Sólo había, según dijeron, diferencias de matiz y de interpretación, pero no hubo acuerdo y ambas partes decidieron seguir negociando.

Segundo encuentro

El segundo encuentro se produjo ayer con los mismos protagonistas e idéntico resultado. No hubo acuerdo y habrá que seguir hablando, probablemente esta misma semana, aunque no es seguro.

Y eso es todo lo que se sabe, porque las partes acordaron, lo mismo que el jueves pasado, no dar información a la prensa sobre las propuestas y las negociaciones. Todo parece indicar que hay cuestiones periféricas a los sueldos que han entrado también en esta ronda de contactos, por lo que las propuestas habrán de ser revisadas y negociadas de nuevo.

En principio, esa próxima cita no tiene fecha. Aunque podría celebrarse esta misma semana, ninguna de las partes lo ha confirmado, lo que significa que la corporación municipal valenciana va a ser, de entre las grandes ciudades españolas, una de las últimas en pactar la rebaja salarial.

Ayer fuentes socialistas aseguraron que no hay voluntad de esconder esta negociación, sino de mantenerla fuera del debate público para evitar interferencias externas que no la beneficiarían en nada, dicen.