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Los augurios demoscópicos apuntan la posibilidad de que las aguas fluyan agitadas en el PSPV a partir del cuarto domingo de mayo del año que viene, cuando se celebrarán las elecciones autonómicas y municipales. Por si acaso le toca navegar en esas circunstancias, el secretario general, Jorge Alarte, está decidido a granjearse el menor número de enemigos posible en el proceso de elaboración de candidaturas.

El equilibrio de fuerzas entre el máximo responsable del socialismo valenciano y la secretaria de organización Leire Pajín, que mantiene unas excelentes relaciones con Ximo Puig y el sector que lidera el alcalde de Morella, tampoco le dejan las manos libres a Alarte para acometer una escabechina en el grupo parlamentario de las Corts. En esas circunstancias, la renovación en las listas autonómicas será mucho menor de la que algunos puedan pensar.

No más de un tercio de los actuales 38 diputados perderán el escaño. Los que no repitan, tampoco quedarán en la intemperie política. La intención del líder del PSPV es, según fuentes de su entorno, buscar una salida a todo aquel que no tenga plaza en la Cámara Autonómica. Alarte pretende contar con el núcleo del grupo para no prescindir de la experiencia y poder, cuando le toque acceder a la portavocía parlamentaria en el caso de que no gane las elecciones, sentirse arropado por diputados cualificados que ya están puestos en sus respectivas áreas. En segundo lugar y más en clave de partido, la lealtad personal de quienes han sido confirmados en el puesto siempre supera a la de aquellos que entran de fuera. No perder lo que se tiene suele celebrarse más que no ganar lo que no se tiene.

En todo caso, la candidatura de Alicante será materia reservada a la secretaria de organización, Leire Pajín, que controla esa provincia.