La Administración valenciana prevé un disminución de ingresos del nueve por ciento en el presente ejercicio y una reducción del once por ciento en el gasto público durante el próximo año, según el plan de reequilibrio económico aprobado por el Consejo de Política Fiscal y Financiera.

Así lo ha avanzado hoy el conseller de Economía, Hacienda y Empleo, Gerardo Camps, en declaraciones hechas en los pasillos de les Corts, donde ha recordado que las medidas que recoge este plan y que han recibido el "visto bueno" del Gobierno central han sido criticadas "durante meses" por los socialistas valencianos.

El conseller ha anunciado además que va a solicitar una comparecencia en parlamento valenciano para exponer este plan de reequilibrio.

Según ha expuesto, esta acción de ajuste, en la que la Administración autonómica hace "un mayor esfuerzo" que la central "sin causa objetiva para ello", tiene como causa el "déficit excesivo" del ejercicio 2008 que afecta a todos los ejercicios fiscales hasta 2012.

El plan conjuga medidas ya previstas en el ejercicio de austeridad presupuestado para 2010, en la limitación de obligaciones adoptadas el pasado mes de marzo y en el decreto autonómico de recorte del déficit, traslación del decreto nacional.

"El Gobierno valenciano ha defendido durante meses estas medidas, y la oposición las criticaba diciendo que estaban vacías, pero ahora el Gobierno central ha confirmado que son las adecuadas", ha señalado.

Entre otras iniciativas, el plan contempla una reducción del salario de los funcionarios, una congelación del sueldo de los altos cargos, menor oferta de empleo público, una racionalización de la inversión pública y una reducción del gasto del once por ciento.

Además, ha recordado que nueve fundaciones y seis sociedades mercantiles públicas van a dejar de existir mediante de procesos de fusión, absorción o escisión, medida que, según ha dicho, fue "muy valorada por el Ejecutivo central".

Camps ha asegurado que la economía valenciana, gracias a estos planes, está en la "senda adecuada" y en la mejor de las posiciones para afrontar la crisis económica.

Preguntado por el decreto de reforma laboral, el conseller ha opinado que se ha hecho "con prisas y mal", porque "no ha contentado ni a una de las partes".

El Gobierno "ha conseguido lo que nadie ha logrado antes: es la primera reforma con la que no está de acuerdo absolutamente nadie, ni sindicatos ni empresarios".

Según el conseller, el Ejecutivo central "se ha limitado a hablar de contratación y de despido", sin decir "nada" sobre la negociación colectiva, el sistema de protección del desempleo o de la formación de trabajadores.

"Me temo que esta reforma no va a servir para crear empleo", ha reflexionado Camps.