La conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda ha encargado a la empresa pública Vaersa que evalúe la conveniencia de establecer el Pago por Servicios Ambientales (PSA) en el Plan de Acción Territorial Forestal (Patfor) que está en proceso de revisión.

Durante dos días, expertos internacionales en la definición y gestión de modelos de PSA han participado en Valencia en un seminario en que se han dado a conocer las experiencias que se están desarrollando en varios lugares del planeta.

El PSA es una transacción voluntaria en la que un servicio ambiental definido es "comprado" o compensado a cambio de que el proveedor no solo preste un Servicio Ambiental "bien definido" sino que garantice este suministro por un periodo de tiempo.

Puede ser que los beneficiarios compren directamente el servicio - uno de los ejemplos posibles es el de una empresa hidroeléctrica que compense el mantenimiento del arbolado para evitar la erosión en la cuenca y el aterramiento de los embalses-y también, se puede dar el caso de que el comprador sea "un tercero actuando en representación de los beneficiarios", lo que abre la puerta a la participación en el esquema de un gobierno, una ONG o una agencia internacional.

En el caso valenciano, la iniciativa se traduciría en establecer mecanismos que permitan ofrecer incentivos económicos a los agricultores y propietarios forestales a cambio de sus servicios ambientales. Los expertos creen que la figura jurídica que mejor pude cubrir este pago es la de la tasa, ya que está vinculada a su pago por unos beneficiarios concretos y se destina al pago de un servicio también específico.

El problema, según se puso de manifiesto en el seminario, es que la sociedad, en general, "solo reconoce aquellos servicios que tienen un valor del mercado", como la madera y, solo más recientemente, algunos servicios culturales como el ecoturismo".

Sin embargo, los "intangibles" no compensados en la actualidad son mucho más abundantes, según los expertos , y van desde al filtración y regulación del agua, reduciendo también el riesgo de erosión y deslizamientos, hasta la mitigación del cambio climático absorviendo y fijando el CO2. Además, los bosques generan oxigeno y absorben contaminantes como el dióxido de nitrógeno o el monóxido de carbono; protegen la biodiversidad-tanto por su importancia en el futuro como en su valor presente: polinización, clima, control de plagas, etc.

Finalmente, los expertos destacan el valor creciente del paisaje y de su conservación, que merece ser compensado, y los valores culturales e incluso espirituales de muchos espacios naturales.

La compensación de todos estos valores es una vieja reivindicación de los municipios forestales valencianos y también los propietarios privados de monte, que poseen la mayoría de los bosques. Un trabajo realizado recientemente en uno de estos municipios, el de Sinarcas, fijó como un posible objetivo obtener una renta de unos 100 euros por hectárea y año.

En Estados Unidos se aplica desde 1930

En Estados Unidos existe desde 1930 un programa de Pago por Servicios Ambientales dirigido a reducir la erosión del suelo y proteger la biodiversidad local. El sistema se apoya en 766.000 contratos individuales que cubren 14 millones de hectáreas, equivalentes a la Comunitat Valenciana, Cataluña y Andalucía juntas. Otro de los ejemplos citados en el seminario es el de la compañía francesa de agua mineral Vittel, que en los años 80 se encontró con que la contaminación por nitratos derivada de una mala praxis agrícola amenazaba su acuífero y su negocio. La compañía estableció un PSA a cambio de la mejora de las prácticas agrícolas. En algunos países del centro y sud américa son grandes corporaciones y fundaciones las que están compensando la conservación de la selva. En la Comunitat se apunta el objetivo de pagar por la fijación del CO2 y por la contribución del bosque al incremento de la cantidad y calidad de los recurso hídricos.