El científico Craig Venter, cuyas aportaciones fueron esenciales para secuenciar el genoma humano y que recientemente ha vuelto a sorprender al mundo fabricando una célula controlada por un genoma sintético, manifestó ayer en Valencia que la biología sintética es la base de "la nueva industria" capaz de resolver algunos de los problemas más acuciantes de la Humanidad.

El investigador norteamericano ofreció ayer una conferencia convocada por el Consell Valencià de Cultura en la que desgranó los avances registrados en la investigación genómica desde 1995 hasta hoy y avanzó algunas de las aplicaciones posibles de su última hazaña: trasplantar a una bacteria el genoma de otra bacteria sintetizado químicamente a partir de datos almacenados en un ordenador y hacer que sea capaz de duplicarse y crear una pequeña colonia.

Pese a que al buque con el que recopila el patrimonio genético del Mediterráneo lleva el nombre de "El Brujo"- "Sourcerer II", Craig Venter destacó que su investigación no persigue "ningún objetivo extraño", sino ofrecer soluciones a problemas concretos que sufre la humanidad.

"No hemos sido capaces, pese al elevado coste ambiental de ofrecer soluciones a problemas como la escasez de alimentos, el acceso a los recursos hídricos o a la energía con una población en la tierra de 6.800 millones de habitantes y no vamos a ser capaces de hacerlo para 9.000 millones si no es utilizando la información disponible en los genes", aseguró.

Las implicaciones de sus nuevos descubrimientos son enormes y van desde la creación de vacunas válidas para virus con gran capacidad de mutación como la malaria, el VIH o la gripe, hasta la resolución de los problemas energéticos.

Venter trabajo junto a la petrolera Exxon en la fabricación de un biocombustible a partir de algas que utilizan el CO2. Pese al optimismo con el que el científico impregna todo lo que investiga, Craig Venter cree que se tardará al menos 10 años en completar la investigación que permita generalizar el uso de este combustible. "El problema-matizó- no es la tecnología, sino la escala de las instalaciones necesarias. "Desconozco la cantidad de petróleo que se consume en España, pero las instalaciones necesarias en EEUU para sustituir la demanda de petróleo deberían producir billones de galones al año y deberían tener el tamaño de Valencia", explicó.

Sin embargo, Venter no renuncia a crear el nuevo combustible a partir de los cultivos de algas. Su objetivo ahora es crear una bacteria artificial que acelere el proceso hasta hacerlo 10.000 o 100.000 veces más rápido.

"España -y, en especial, la Comunitat Valenciana- cuenta con los tres ingredientes esenciales para este nuevo biocombustible: agua de mar, luz solar y dióxido de carbono", añadió Venter.

El científico, pionero en promover el análisis de las implicación éticas de la manipulación genética, dijo que seria estupendo tener un acuerdo mundial sobre los límites de la investigación genética, aunque cree que hoy por hoy ese acuerdo "es un imposible".

"Un tipo inteligente" vinculado a Valencia

Santiago Grisolía explicó ayer el origen de la relación de Craig Venter con Valencia y desveló algunas claves de la biografía de este norteamericano, que en algunas fases de su vida parece más el hombre de acción que le llevó a alistarse en la guerra de Vietnam que el científico que ha revolucionado la investigación genómica. Grisolía contó como otro gran científico, Cook-Deegan, le habló en 1988, cuando Valencia fue sede del primer Congreso del Genoma humano, de "un tipo muy inteligente" , de nombre Craig Venter. "Ese año no pudo ser, pero me fuí a por él a Bethseda y cuando en 1991 se celebró el segundo congreso en Valencia, dedicado a la Ética, Venter fue el responsable de redactar las conclusiones. Estuvo trabajando toda la noche", reveló Grisolía. La tercera reunión, en 1993, se celebró en Bilbao, donde Venter conoció a Hamilton Smith, un premio Nobel de 1978 a punto de jubilarse. Hamilton, jurado de los Premios Rey Jaime I, dejó su cátedra y se fue con Venter. Hasta hoy. Para Grisolía la pareja es un prueba de la categoría humana y capacidad de Venter para crear grandes equipos y contagiar su entusiasmo. j. S. valencia