La Comunitat Valenciana ostenta el dudoso honor de ser la autonomía que más casos de xenofobia y racismo registró durante 2009, según el Informe Raxen 2010 que ayer presentó en Madrid el presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, junto al Defensor del Pueblo, Enrique Múgica. Un total de 79 incidentes relacionados con el odio se han documentado en el territorio valenciano por este colectivo quien alerta que los casos que se desvelan apenas representan "un 10% de los casos reales, porque las víctimas de estas agresiones no denuncian en muchos casos porque carecen de papeles o por vergüenza".

El presidente del Movimiento contra la intolerancia, Esteban Ibarra, aseguró a Levante-EMV, en una conversación telefónica, que sería deseable la creación en la Comunitat Valenciana de una "fiscalía especializada en delitos de odio, como existe en Barcelona o Madrid" para atajar tanto los delitos como cualquier actividad que justifique el genocidio nazi.

Ibarra, que ha sufrido el acoso de los colectivos ultras en las redes sociales, cree que la proliferación de incidentes xenófobos y racistas en la Comunitat Valenciana se deben a que ha existido un "caldo de cultivo de estos colectivos desde los años 90. Y la reacción institucional no ha sido reactiva", es decir que no se les ha combatido con la ley en la mano.

De hecho, Movimiento contra la intolerancia reclama a la Delegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana que realice "investigaciones más firmes y sea más riguroso con los tipos de permisos que conceden, porque no actúa con todo el rigor necesario. No se explica cómo se pueden permitir conferencias de neonazis o de teorías revisionistas" en la Comunitat Valenciana. No obstante, alabó "el esfuerzo que realizan la Conselleria de Solidaridad con el foro contra la islamofobia, pero sería deseable que se insistiera en la sensibilización preventiva", aunque un portavoz de esta conselleria tildó de "cortapega" el informe Raxen. "Existe un subsuelo antidemocrático que hostiga tanto al PP como el PSOE y que se nutre de grupos xenófobos enquistados en las tres provincias, que requerirían tener una fiscalía de delitos de odio que la Comunitat Valenciana no tiene".

Simbología nazi en Ontinyent

Ibarra exhibió durante su comparecencia en Madrid las imágenes que los "Ultras Ontinyent" tienen colgadas en su blog y usan para identificarse: la calavera de la Totenkopf (las unidades de la policía alemana, las temidas SS, que custodiaban los campos de concentración nazis) o el águila bicéfalala, propia de la simbología del primer neonazismo. "Es muy significativo porque los grupos ultras del fútbol se relacionaban con la primera división, pero incluso en un equipo de 2ª B se producen estos temas". Resulta chocante que este tipo de colectivos exhiban banderas franquistas en los partidos de este equipo local, o que se jacten de haber devuelto a Madrid a Hooligan del Alcorcón "con la tocha rota" y que "ninguna autoridad competente tome cartas en el asunto", asegura Ibarra.

"Hay que conseguir un cambio de actitud y del discurso hacia estos colectivos. Como se ha hecho en el terrorismo y la violencia doméstica", aseguraba el presidente de Movimiento contra la intolerancia a Levante-EMV. "Mientras el Ministerio de Interior no se lo tome en serio y siga considerando a estos grupos tribus urbanas..." no empezará el principio del fin. Además, la nueva ultraderecha se nutre de "experiencias como las del francés Le Pen, los austriacos de Haider (ya fallecido) o grupos italianos". La antigua ultraderecha, la franquista, "no entra en estos temas de violencia y odio. Se quedó anclada en su perspectiva involucionista".

La nueva ultraderecha también encuentra en la crisis el alimento para sus argumentos xenófobos. "Las crisis siempre han sido motivo del nazismo y del fascismo", aseguró en Madrid el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, y advirtió que caer en consignas tipo "primero los españoles y luego los demás" es una "pendiente muy grave", cuya culminación es "la barbarie", según la agencia Efe.