En el subsuelo de la Comunitat Valenciana, 6.734 kilómetros de gasoductos dan servicio a más 600.000 puntos de suministro. Son sólo una pequeña parte de los 53.000 kilómetros que abarca la red de distribución de Gas Natural Fenosa en todo el territorio nacional y en el extranjero. Para hacerse una idea de la magnitud de canalizaciones que controla el Centro de Control de Gas Natural bastaría con colocar los gasoductos en línea recta. Estos darían la vuelta al mundo -el diámetro de la Tierra es de 40.075 kilómetros-, y todavía sobrarían kilómetros de canalizaciones.

Para controlar el buen funcionamiento de esta vasta extensión de gasoductos y resolver en el mínimo tiempo posible cualquier fuga de gas que se presente, la empresa Gas Natural Fenosa cuenta con un sofisticado Centro de Control de Distribución, situado en la sede en Barcelona. Operativo las 24 horas del día, los 365 días del año, en este centro se atienden las llamadas de particulares y se controla mediante sistemas informáticos la variación de los parámetros preestablecidos para prevenir y corregir cualquier tipo de incidencia.

Levante-EMV pudo comprobar el funcionamiento del Centro de Control de Atención de Urgencias, situado en Barcelona, desde el que se controla el área geográfica de la Comunitat Valenciana. Los operadores atienden las llamadas al teléfono de urgencias 900 750 750. El funcionamiento es similar al del 112, con quien existe un protocolo de intercambio de información. Así desde el primer momento se graba la conversación y se establece un grado de prioridad de uno a tres, según el peligro que suponga la fuga.

Cuando el operador recoge la llamada localiza inmediatamente la dirección y datos del usuario para enviar un equipo de campo al lugar del escape. Asimismo, se procede a cerrar la válvula anterior y posterior a la fuga para aislarla. Los tiempos de respuesta que se están dando actualmente en Valencia son de 27 minutos en los casos de prioridad uno.

Según los datos facilitados por Gas Natural Fenosa, durante el pasado año, el servicio de urgencias atendió 46.102 llamadas en la Comunitat Valenciana. De ellas, sólo 11.053 se tramitaron finalmente como avisos. "Muchas veces llaman para tonterías o simplemente porque no han comprobado si tienen el gas abierto o cerrado", apuntó Antonio Gella, director de Explotación de Gas Natural.

Gracias a este control permanente de la red de gasoductos, el peligro de la muerte dulce, tan temido por los usuarios, o una posible deflagración tras un escape de gas, son a día de hoy muy puntuales. "El gas natural es una de las energías más seguras, apenas se producen incidencias de gravedad y la seguridad de suministro para los usuarios es un hecho", aseguró Antonio Gella.

En 2009, el incidente más grave ocurrido en la C. Valenciana fue un escape de gas en unas obras del polígono Vara de Quart de Valencia que obligaron a desalojar a unas 2.000 personas de un centro comercial de Xirivella. El motivo de la fuga fue una rotura de la canalización después de que una retroexcavadora, que trabajaba en las obras, pinchara la tubería de forma accidental.

Se da la circunstancia de que la mayor parte de los servicios por escape que atienden los técnicos de Gas Natural son por rotura de tuberías por terceros. De hecho, el pasado año, el 76,5% de los avisos atendidos fueron por rotura de terceros, apuntaron fuentes de Gas Natural Fenosa. En concreto, en Valencia se produjeron 266 fugas causadas por terceros en 2009. En la mayoría de las ocasiones el caso llega a juicio pero siempre acaba pagando la constructora o el ayuntamiento causante de la rotura, según explicaron fuentes de Gas Natural.