Al contrario que a la chicharra, que grita, al ser humano le da por guardar silencio cuando la calor le aplatana hasta el sentido del espacio y el tiempo. Pasaban cinco de y media, las diez, y así, silenciosa, estaba la plaza de Manises. Tapizada con cientos de jóvenes que aguardaban el momento disputándose las sombras y los parasoles gentileza de la dipu. Cuando la masa estaba al punto de tueste, cogió un micro un señor con americana "sport", barba de tres días y pinta de maldito de diseño "eau de parfum". Y gritó por megafonía que quedaba inaugurada la entrega de carnés de becario de "La dipu te beca" edición 2010. El segundo de Alfonso Rus.

El mantenedor explicó el plan: entrada por comitivas comarcales al patio del Palau dels Scala, saludo a Rus, retrato para el recuerdo, y salida por la sala contigua, donde se recogería la camiseta conmemorativa y se firmaría el parte del seguro laboral, la coartada para llamar a los 1.021 becarios que ayer pasaron a por la credencial. Hoy seguirá la entrega de acreditaciones hasta completar los 2.415 estudiantes que este año harán prácticas formativas los tres meses de verano en los 265 ayuntamientos de Valencia.

Abrió el desfile la Vall d'Albaida, con sus municipios ordenados alfabéticamente y un alcalde/sa o concejal guiando a su delegación. Desfilaban como los deportistas en el acto inaugural de los Juegos Olímpicos, pero sin saludos agitando la mano. Casi ningún becario llevaba cámara para inmortalizar el momento con Rus, que aguantó horas y horas sin perder el oficio ni la sonrisa. No se vieron ni siquiera míseros "click" de móvil. Y mira que hoy en día hay adicción a retratar grandes momentos de la vida, como aquella mosca danzarina o el simpático perro del vecino.

"Conocer la Administración"

Sólo el fotógrafo oficial de la diputación disparaba a discreción con su cámara delante del escenario con moqueta azul dominado por Rus, quien ayer fue parco en palabras. Recordó que la primera edición de las becas, que repartió 3,2 millones, fue un éxito. Deseó a los nuevos becarios que la experiencia "os sirva para conocer la Administración" y recomendó a los alcaldes que si les gusta como funcionan y "tenéis un hueco, los contratéis". A Rus lo presentó el jefe de protocolo, Rafael Betoret. "Con vosotros, don Alfonso Rus", dijo. Y apareció Manuel Álvaro, diputado de intendencia. "Perdón, don Manuel Álvaro", rectificó Betoret.

"Yo, como no lo conozco, no sé si es Rus o no". Abel, Àngela y la comitiva de Aielo de Malferit afilaban la lengua a los pies del altar. A Àngela no le convence tener que venir a hacerse la foto. Será que quiere ser libre como su paisano Nino Bravo. Conoce "de oídas" a Rus. Abel sabe "algo de sus peripecias". Tiene 19 años, estudia electrónica y es estoico profesional: "Bueno, ya que nos dan 500 euros por 20 horas a la semana, pues nos haremos la foto". Han venido en tren, como muchos de los que recorren los últimos diez metros para saludar al presidente .

Soraya, de Beniatjar, estudia ADE, como bastantes de los aquí arremolinados. "Bueno, pasaremos la mañana", dice. No parece tan resignada su paisana Neus, que, como Lucía, estudia para ser maestra. "Que nos hagan venir me parece fatal", zanja Neus. Juan Luna, el teniente de alcalde, se gira y con un combinado de cuello y cejas indica a su rebaño sin hablar: "seguidme, a ver si acabamos ya y volvemos al pueblo, que llevamos una hora de plantón al sol". Más o menos.

Unos metros más allá, Sandra, también del ramo de Magisterio y llegada desde Canals cree que no hacía falta "perder toda la mañana y venir en tren para esto".

En cambio para Maite, concejala y jefa de expedición de Benisuera, las becas son "una oportunidad para los chavales" y "ahorran costes" a los pequeños consistorios.

Posado con el sobre de los carnés

"Hay que acelerar un poco que vamos lentos", avisa uno de la organización, mientras en la plaza el sol carameliza la sesera a los de la Safor, la Costera, la Canal de Navarrés y el Valle de Ayora. Las sombrillas y los botellines de agua dispuestos para que no se repitan las lipotimias del año pasado alivian sólo en parte el sofoco. Al lado, en el Palau de la Batlia, se van apuntando los cien becarios de Valencia.

Se acerca el turno de los de Guadasséquies. ¿No estáis emocionados? "Sí, la beca está de categoría", responde Héctor.

Patricia (Terapia Ocupacional) y Mireia (otra que va para maestra) están moderadamente satisfechas. ¿Os motiva más esta foto que una con Cristiano? "Hombre, con Cristiano motiva más, pero no nos da trabajo; así que me quedo con esta", dice resignada Mireia, que es de Xàtiva pero buscó en Guadasséquies el sueño de una beca de verano.

El carné de becario es una pieza tan codiciada en época de vacas flacas que la alcaldesa de Ontinyent, Lina Insa (PP), posó, con Rus y los 38 de su excursión, mostrando el sobre con los carnés que permitirán a jóvenes de su ciudad "ganar un dinerito". Como Ainara (23 años, estudia Económicas) o Laura (22, ADE), que ayer cambiaron una foto por un pasaporte al primer sueldo.

La oposición ha criticado lo que llama "el besamanos" que por segundo año oficial el presidente Rus.