Había razones de peso para una manifestación histórica en defensa del valenciano. En este mismo año, el Consell ha recortado el 39% de sus ayudas al fomento de la lengua, las Corts han excluido el requisito lingüístico para ser funcionario, Educación prevé limitar a sólo dos las asignaturas que cursarían en lengua propia los alumnos de Primaria no matriculados en la línia en valencià, y la justicia ha absuelto a Alfonso Rus por insultar y amenazar a los profesores que usan el valenciano normativo. Pero a pesar de todo ello, no ha habido forma de que las plataformas más significadas de apoyo al valenciano, integradas en la Comissió 9 d'Octubre, se hayan puesto de acuerdo en reconvertir la manifestación del 9 d'Octubre en un masivo acto en defensa de la lengua, como pretendía Escola Valenciana desde hace dos meses.

Según han revelado fuentes de la comisión a este diario, la propuesta de Escola ha chocado principalmente con Acció Cultural del País Valencià (ACPV). La entidad presidida por Eliseu Climent, el otro polo del valencianismo cívico, se ha negado a la tematización lingüística de la manifestación porque, a su juicio, el 9 d'Octubre es un día "para reivindicar todo el país": desde la lengua hasta la sostenibilidad del territorio, la higiene política o la cultura.

Los partidos políticos sí apoyaban la iniciativa de Escola Valenciana de transformar la marcha vespertina del 9 d'Octubre, mucho menos numerosa que la del 25 d'Abril. Pero el peso de Acció Cultural y las reticencias mostradas por algunos sindicatos -que también quieren reivindicar los derechos de los trabajadores en la diada autonómica- han frustrado una manifestación inspirada en Galicia, que el 17 de mayo de 2009 logró reunir en Santiago a entre 20.000 y 50.0000 personas en defensa del gallego.

Más todavía porque ese mismo 9 d'Octubre, Escola Valenciana celebra en el cap i casal la clausura de los 25 años de Trobades en valencià. Será un acto multitudinario. Una especie de macrotrobada de todas las comarcas por la mañana llena de talleres, actuaciones musicales y la inauguración de una escultura de Manuel Boix, en la que participarán unos 800 centros escolares. A última hora de la tarde habrá un concierto de Obrint Pas.

La intención de Escola Valenciana era trasvasar a la manifestación a toda su gente. Que las familias de la mañana se quedaran a la marcha de la tarde, y que los jóvenes que acudirán a ver Obrint Pas adelantasen su llegada a Valencia y asistieran a la manifestación. Pero ni aun así ha cuajado en la Comissió 9 d'Octubre la idea de reconvertir la protesta, que repetirá el formato habitual y saldrá con múltiples lemas. Diego Gómez, presidente de Escola Valenciana, lamenta la falta de acuerdo y lo considera una oportunidad perdida. Aun así, concluye, "habrá tiempo para estar juntos".