Cuando el perito judicial le preguntó a la pequeña que quién era Empar Broch la niña no lo dudó: "Es una 'mare' que tenía antes y que ya no tengo". Que su hija la reconociera como una de sus dos madres fue una de las claves para que el juez le concediera a Empar un régimen de visitas en condición de allegada. Pero no fue la única. La mujer acreditó fotografías, testimonios e incluso un acta notarial que garantizaba que la niña pasaría a su cargo si a su madre biológica le ocurría alguna cosa (testamento incluido). Y es que las mujeres habían iniciado, incluso, el expediente para casarse. Todos estos argumentos fueron aceptados, por primera vez, por el titular del Juzgado de Primera Instancia número 3 de Massamagrell, que le da la razón a Empar Broch ya que el concepto de allegado "se aplica a familiar o amigo que mantiene una relación estrecha con una persona". Eso sí, determinar que Empar Broch también es madre de la pequeña es otro cantar. El caso está en el Tribunal Supremo, pendiente de resolución.

Cuando esta mujer se separó de su pareja ni se imaginaba el calvario que estaba a punto de comenzar. La madre biológica aseguró que su pequeña tenía solo una madre y le negó a la afectada visitarla. Según la abogada de la demandante, la diputada Mónica Oltra, si Empar hubiera sido hombre, el proceso para determinar el régimen de visitas no hubiera tardado tres años "y nadie dudaría de su paternidad". Es más, este proceso se inició tras dos negativas en el juzgado para reconocer la maternidad de Empar Broch. Cuando nació la pequeña el matrimonio entre personas del mismo sexo no tenía cobertura legal. Si hubiera nacido ahora y sus dos madres estuvieran casadas, las dos aparecerían en el libro de familia de la pequeña y el problema de la maternidad estaría resuelto. Si Empar hubiera sido hombre, las cosas serían diferentes. "Si en un momento determinado una madre le niega a un padre visitar a su hijo, la legalidad española le ampara. Un padre es un padre, aunque el hijo haya nacido con técnicas de reproducción asistida y tampoco sea su padre biológico. Hay cosas que deben pesar más que el ADN. Entre el 15 y el 20% de parejas heterosexuales recurren a técnicas de reproducción asistida, pero ellos no atraviesan el calvario de mi cliente si uno le niega al otro ver al niño porque la paternidad es suya", aseguró la abogada y diputada Mónica Oltra.

Empar Broch inició el proceso para poder visitar a su hija en condición de allegada tras observar, atónita, cómo se retrasaba el caso para determinar su maternidad. Es más, aún está a la espera de resolución ya que según dos sentencias "no tiene derecho a reclamar la maternidad porque carece de vínculo genético y el estado jurídico español no reconoce esta situación". Y es que Empar es pionera, "y ser la primera siempre cuesta porque no existe jurisprudencia", afirma su abogada que, sin embargo, es optimista.

Adaptación de la menor

Lo que sí ha generado jurisprudencia es la batalla ganada en el régimen de visitas. El juicio se celebró en junio, y el juez determinó unos encuentros "de carácter progresivo, con objeto de conseguir una adaptación de la menor". Y es que, con todo este proceso, Empar lleva tres años sin ver a su hija. La pequeña tiene ahora 7 años.

"Lo único que quiero es verla crecer, y disfrutar de ella. Estuve con mi ex pareja 11 años. Decidimos, juntas, tener un niño. Ella era más joven, y fue la gestante. Lo que ha conseguido con todo esto es negarle a la pequeña el derecho de ver a su madre. Y no solo eso. Yo tengo familia y somos una piña. Mi hija lleva tres años sin ver a sus primos, a sus tíos, a sus abuelos...". Y a Empar se le entrecorta la voz, emocionada. Y es que el proceso para solicitar el régimen de visitas no lo inició sola. Su madre (la abuela de la pequeña) también se sumó a la denuncia, pero falleció antes del juicio.

Empar ha ganado la batalla judicial, pero aún no ha visto a su pequeña. Su ex pareja ha incumplido el acuerdo en las dos ocasiones que, hasta el momento, había determinado el juez. Aquí si que no existe discriminación ni de género ni de condición sexual. Si una pareja infringe el régimen de visitas, el afectado denuncia el incumplimiento del acuerdo (como ha hecho Empar) y el denunciante es multado con 120 euros. Hoy es el tercer día del régimen de visitas, y Empar cruza los dedos. Con suerte, y si todo va bien, verá a su hija unas horas por primera vez desde hace tres años.

El colectivo Lambda celebra las III Jornadas de Familias

La Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales y el Col·lectiu Lambda presentaron ayer, 1 de octubre, las III Jornadas de Familias LGTB que se celebran este fin de semana en el Centro de Cultura Contemporánea Octubre, en Valencia. En las jornadas -en las que participan 112 personas, entre las que se cuentan numerosos hijos e hijas de familias LGTB- se abordará la realidad de la diversidad familiar, se hará un análisis de la situación actual y se debatirán los retos pendientes para la igualdad real. El éxito de convocatoria radica en que las jornadas buscan el encuentro entre familias diversas pero también la formación en homoparentalidad.