Lluvia, un yegua del color de la nieve, iba a ser sacrificada para comida para los leones porque su dueño ya no podía mantenerla. Por suerte para ella, María Inés se cruzó en el camino del propietario del animal antes de que éste la vendiera y se hizo cargo del equino. Pero no todos los caballos tienen la fortuna de Lluvia.

Las protectoras de animales y el Seprona de la Guardia Civil ha detectado varios casos en este último año de propietarios de caballos que, asfixiados por la economía de sus bolsillos, deciden vender a sus equinos para carne al no poder hacer frente a los gastos que supone mantener un animal de estas características -entre 100 y 200 euros al mes-.

Otros van todavía más allá, y los abandonan a su suerte. En Andalucía se han dado numerosos casos de caballos abandonados por su dueños, que incluso han llegado a provocar accidentes. No obstante, en la provincia de Valencia el Seprona no tiene constancia de ningún caso de abandono de equino en los últimos meses.

Eso sí, aunque se desconoce si habían sido abandonados o simplemente se habían escapado, dos caballos fueron arrollados hace dos meses por un camión de la basura en una carretera de la Maxuquera. Los animales, que tuvieron que ser sacrificados, pertenecían a una conocida familia de delincuentes de Gandia, los Corache.

Infracción de sanidad

El hecho de vender un caballo doméstico sabiendo que va a ser destinado a carne para humanos no supone un delito pero sí una infracción administrativa, en materia de sanidad, si el animal no cumple con los requisitos mínimos de salubridad y si no va a ser comercializado por un particular. "El animal tiene que estar registrado en Sanidad y proceder de una explotación agropecuaria legal", explicaron fuentes expertas en la materia.

"Existen tratantes de caballos que compran a los animales por cuatro duros y luego los venden para carne sin decírselo a sus antiguos dueños", apuntaba Belén Rodríguez. Esta valenciana, amante de los caballos, ha recogido diez caballos en estos últimos cinco años, que o bien habían sido abandonados o sus dueños se querían deshacer de ellos.

"Se ponen en contacto con una protectora que hay en Manresa y ellos me lo comunican para que les dé salida", explicaba. Esta mujer critica que aquí en Valencia no hay una protectora especializada que se haga cargo de estos equinos.