Escalar los catorce ochomiles del planeta en siete meses sería, en alpinismo, un reto bastante más asequible que el desafío que, en política, tiene por delante Joan Calabuig Rull, elegido candidato a la alcaldía de Valencia por los militantes socialistas de la ciudad. 95.000 votos y 23 puntos es el abismo que separa al PP de Rita Barberá del PSPV. Ese es el retrato que pintaron las urnas en las municipales de 2007 y que, según las encuestas que hoy maneja el partido, podría incluso agravarse con la pérdida de dos concejales.

En esas circunstancias, con un partido esquelético -1.762 militantes, unos 300 menos que entonces- y un candidato con un escaso grado de popularidad, los dos primeros propósitos de Calabuig serán ganar proyección social y captar afiliación. Duplicar la militancia fue la primera asignatura de la nueva ejecutiva nacional cuando decidió disolver las seis agrupaciones anteriores para diluir el poder de las familias en diecisiete y, de paso, intentar así controlar el partido.

Calabuig recupera esa idea de fortalecer el PSPV con nuevos militantes. Porque se antoja complicado movilizar a miles de ciudadanos con agrupaciones de treinta afiliados en una ciudad de 800.000 habitantes. La secretaria de organización, Elena Martín, anunció una campaña de captación de afiliados que nunca llegó a ejecutarse por falta de dinero. Es más, el malestar por la aplicación de una nueva cuota y por la división de las seis sedes en diecisiete provocó unas 300 bajas. Que vuelvan esos afiliados será una prioridad. Precisamente Elena Martín ha sido elegida candidata en Alicante, donde su victoria, con un 66,6% del voto, sobre Antonio Fernández Valenzuela ha sido la más holgada de cuantas primarias se celebraron el domingo en el PSOE.

El candidato Calabuig tiene como segunda prioridad reunirse con asociaciones vecinales, culturales, entidades deportivas, empresariales y sindicatos para presentar sus credenciales y ganar una proyección social de la que carece en estos momentos. Y ya está preparando una agenda de encuentros.

La lista y el 23 de mayo de 2011

El rival de Calabuig en estas primarias, Manuel Mata, ha consolidado un capital político articulado en parte como apuesta por un aspirante al que se consideraba mejor para pugnar con Barberá, pero también como toma de posición crítica con Jorge Alarte y la ejecutiva de la ciudad o como rechazo al perfil del aspirante oficial. Afines a Mata señalaban ayer que la candidatura deberá ser tan plural como el partido. Habrá batalla por la lista, como es tradición, pero será al día siguiente de las elecciones -23 de mayo- cuando de verdad se oirá la voz crítica si hay naufragio.

Por de pronto, el líder del PSPV, Jorge Alarte, decretó ayer, ante los medios y en la reunión de su ejecutiva, el silencio en el plano interno y el fin de las refriegas, una vez finiquitadas las primarias. "Ni un minuto ni un segundo ya para el debate interno, sólo un tiempo para dirigirnos a la gente, para dirigirnos a los cinco millones de valencianos y valencianas", proclamó Alarte durante su comparecencia con los aspirantes de Valencia, Alicante, Castelló (Juan María Calles) y Elx, Alejandro Soler.

Ábalos, el principal puntal de Alarte

La retirada de José Luis Ábalos de la carrera por ser secretario general del PSPV acabó por ser determinante para el triunfo de Jorge Alarte, quien se impuso por 20 votos a Ximo Puig en el XI congreso. El domingo, la victoria de Joan Calabuig, el aspirante bendecido por el líder del PSPV, se cimentó en las agrupaciones resultantes de la antigua sede de Orriols, feudo de Ábalos. La agrupación de Jesús, dirigida por el concejal Julio Such -afín a Rafael Rubio- y la movilización en bloque de la FSP-UGT contribuyeron también, y no poco, a que Calabuig se impusiera a Mata. Y en menor medida la aportación lermista. Las grandes decepciones para la actual mayoría se localizaron en Quatre Carreres, desdoblada de la antigua Russafa, cuya secretaria general es la concejala Pilar Calabuig, próxima a Ábalos. Ahí barrió Manuel Mata. El principal foco de Izquierda Socialista se localiza en esa agrupación, donde militan Vicent Garcés o Pepa Pellicer, miembros de la corriente. En Extramurs y l'Olivereta, derivadas de la anterior Botànic, dos secretarios generales afines a la dirección sufrieron un revés. Lo mismo que en Patraix, donde militan casi media docena de miembros de la ejecutiva de Valencia. Diversas fuentes coinciden en que el perfil lermista de Calabuig ha elevado el grado de contestación a Alarte. Carisma y campaña de movilización por Mata, al margen.